Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), seguir una alimentación saludable desde edades tempranas y durante toda la vida ayuda a prevenir la malnutrición (en todas sus formas) y también una serie de patologías no transmisibles (no infecciosas), como la diabetes tipo 2 o las enfermedades cardiovasculares.
A partir de los 3 años de edad los niños ya pueden comer casi lo mismo que un adulto, y hasta los 11 años es la etapa en que se produce la mayoría de su desarrollo físico y cerebral.
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Aunque el modo de alimentación depende también de los recursos e, incluso, zonas geográficas y productos de cercanía, lo importante es que los niños cuenten en su alimentación con los nutrientes básicos para su desarrollo.
Es importante que tengan un elevado consumo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, cereales de grano entero, así como frutos secos.
Es básico, el consumo de pescados, así como la ingesta moderada de lácteos y carnes. Siempre prefiere alimentos frescos y de temporada, que estén al alcance de tu bolsillo.
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Asimismo, disminuya el consumo de sal y azúcares; y evite en lo posible acostumbrarlos a alimentos ultraprocesados (embutidos).
Periodista egresada de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Martín de Porres. Desarrollo temas de Educación financiera como finanzas personales, emprendimiento, economía del hogar, ahorro; asimismo, temas de salud y psicología.