En medio de la lucha contra el coronavirus en Europa, Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, ordenó un nuevo confinamiento hasta el próximo dos de diciembre. La medida entrará en vigor desde el cinco de noviembre e implica el cierre de la actividad económica en el país.
“Tenemos que ser humildes ante la naturaleza”, señaló en medio de una conferencia de prensa donde anunció que los ingleses no podrán salir de casa, salvo para actividades esenciales como la compra de alimentos o visitas médicas.
En esa línea, reveló que esta medida busca contener la rápida expansión del coronavirus en el país, esto tras reportarse 24,405 nuevos casos de coronavirus en Reino Unido, cifras que preocupan al mundo.
“A menos que actuemos podríamos ver las muertes en este país alcanzar miles por día”, agregó Johnson en rueda de prensa, junto a sus principales consejeros científico y médico, Patrick Vallance y Chris Whitty.
Entre otras actividades, los más de 56 millones de habitantes de Inglaterra podrán acudir a hacer ejercicio, o ir a sus centros de trabajo. En tanto, los comercios no esenciales o de ocio se verán en la obligación de cerrar, a diferencia de las universidades y guarderías.
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“Si no hacemos nada, el resultado inevitable será que estos números subirán y eventualmente superarán el pico que vimos en la primavera de este año”, advirtió Chris Whitty, principal asesor médico del gobierno británico.