Un niño de solo 12 años de edad acaba de comenzar su segundo año en Chattahoochee Technical College, universidad de Georgia, Estados Unidos, con especialización en ingeniería aeroespacial.
Caleb Anderson aprendió el lenguaje de señas antes de poder comunicarse verbalmente. A los dos años, pudo leer la Constitución de los Estados Unidos.
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Según la familia del menor, a los nueve meses de edad podía apuntar más de 250 palabras, y a los 11 meses ya hablaba y leía. Además de aprender inglés como su primer idioma, también aprendió español, francés y mandarín.
Claire y Kobi Anderson dijeron que no tardaron en darse cuenta de que su primer hijo era especial. “Cuando comenzamos a interactuar con otros padres y tuvimos otros hijos, nos dimos cuenta de lo excepcional que era esta experiencia, porque no teníamos otro marco de referencia”, explicó el padre de Caleb, Kobi.
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Aunque Caleb calificó para MENSA, sociedad de alto coeficiente intelectual, a los tres años, se unió a los cinco. Su familia dijo que les dijeron que era el niño afroamericano más joven aceptado en ese momento. El niño de Marietta pasó a toda velocidad por la escuela primaria, secundaria y preparatoria.
“Él dijo, ‘mamá, estoy aburrido. Esto no es un desafío’”, recordó la madre de Caleb, Claire, que dijo su hijo. “’Realmente no me está ayudando a crecer en mi aprendizaje, y creo que estoy listo para la universidad’”.
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El medio 11Alive al preguntar al menor sobre cómo fue su primer año en la universidad en ingeniería aeroespacial, Caleb respondió: “Era exactamente como esperaba que fuera, si tuviera 18 años o algo así”.
Debido a su edad, el padre de Caleb, Kobi, tiene que acompañarlo en el campus. “Entonces, ¿has tenido que volver a la universidad con él?”. “Sí”, respondió el orgulloso padre. “Me ha superado con creces en matemáticas, así que no puedo ayudarlo más”, agregó Kobi.
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Los Anderson tienen otros dos hijos, Aaron y Hannah, que también son superdotados, y la familia quería que los demás supieran que hay más como Caleb de lo que piensan.
“Creo que la gente tiene una perspectiva negativa cuando se trata de niños afroamericanos. Hay muchos otros Caleb por ahí. A los niños afroamericanos les gusta”, explicó Claire. “De ser maestra, realmente lo creo. Pero no tienen la oportunidad ni los recursos”.
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La familia Anderson se da cuenta de que cada niño es diferente y se desempeñará a su propio nivel. En tanto, Caleb está en camino de graduarse a los 14 años.