Andrea Ghez, junto con Roger Penrose y Reinhard Genzel, se llevó el Premio Nobel de Física 2020 el martes 6 de octubre, por sus descubrimientos sobre agujeros negros supermasivos en el centro de nuestra galaxia.
La astrofísica manifestó sentirse muy emocionada por recibir el premio, sobre todo porque es la cuarta mujer en la historia en recibir un Premio Nobel de Física. “Estoy encantada de recibir el premio y me tomo muy en serio la responsabilidad asociada con ser la cuarta mujer en ganar”, indicó Ghez.
“Creo que hoy me siento más apasionada por el lado docente de mi trabajo que nunca. Porque es muy importante convencer a la generación más joven de que su capacidad para cuestionar y su capacidad para pensar es crucial para el futuro del mundo”, agregó.
Andrea Ghez nació en Nueva York, Estados Unidos en 1965. La astrofísica manifestó que los alunizajes, descenso de una nave espacial hasta posarse sobre la superficie de la Luna, inspiraron su sueño de la infancia de convertirse en la primera mujer astronauta, lo que ayudó a despertar su interés por la ciencia.
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La científica indicó que su profesora de química en la escuela secundaria, la animó aún más. Ghez comenzó su carrera universitaria con una especialización en matemáticas, pero cambió a física porque, le encanta el proceso de investigación.
“Primero tienes que averiguar cuál podría ser una pregunta interesante para hacer, dado lo que actualmente se sabe y es posible hacer. Si bien esto puede ser una lucha porque las cosas no están totalmente resueltas, puedes ver las cosas de una manera que nunca antes se había visto”.
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Después de completar su doctorado en el Instituto de Tecnología de California en 1992, ayudó a desarrollar una tecnología llamada óptica adaptativa, que mejora el rendimiento de los telescopios de alta potencia al reducir el efecto distorsionador de la atmósfera terrestre y el interestelar.
Esta corrección permite a los astrónomos y astrofísicos estudiar mejor el comportamiento de los objetos distantes en el universo. Trabajando con el telescopio WM Keck en Hawái, ella y su equipo estudiaron las órbitas de las estrellas cerca del centro de la galaxia Vía Láctea.
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La astrofísica y su equipo determinaron que sus caminos solo eran posibles si un agujero negro supermasivo estaba presente en el Centro Galáctico, algo que se había teorizado durante mucho tiempo pero que no se había probado antes del estudio de Ghez.
“Extendiendo los límites de la tecnología, se refinaron nuevas técnicas, construyeron instrumentos únicos y se comprometieron con la investigación a largo plazo”, escribió el comité del Premio Nobel en un comunicado de prensa anunciando los premios.
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“Este trabajo pionero nos ha dado la evidencia más convincente hasta ahora de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea”. Andrea Ghez es la cuarta mujer en ganar un premio Nobel de física, después de Marie Skłodowska Curie, Maria Goeppert Mayer y Donna Strickland. Sin embargo, la representación de las mujeres en la física sigue siendo la más baja entre todas las ciencias físicas, y casi hostil.
Unos meses antes de que Strickland ganara el Nobel en 2018, Wikipedia rechazó un borrador de artículo sobre ella argumentando que sus “referencias no muestran que el tema califique para un artículo de Wikipedia”, a pesar de que Gérard Mourou, su socio en la investigación, había sido mencionado por la enciclopedia virtual durante más de diez años.
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Andrea Ghez espera que su victoria sea otro ejemplo que anime a las niñas y mujeres a ingresar a los campos de la ciencia en particular a su área de especialización, que ella llama “astrofísica extrema”, que está llena de misterios por explorar.
“En algún momento, tendremos que ir más allá de la teoría de Einstein hacia una teoría más completa de la gravedad que explique qué es un agujero negro. Espero poder inspirar a otras mujeres jóvenes en el campo”, aseguró Ghez.