Conforme van pasando los años, la producción del colágeno, la proteína que está presente en los huesos, articulaciones y cartílagos, va disminuyendo. Es ahí cuando se producen los problemas óseos, dolores articulares y también la elasticidad en la piel. Si bien existen procedimientos estéticos para solucionar este problema, la correcta alimentación puede conseguir efectos sorprendentes de un modo más natural.
De los tantos alimentos que aportan nutrientes, vitaminas (específicamente la C) y colágeno, destaca uno, considerado hasta hace poco como una fruta exótica, por su procedencia de nuestras antípodas. Esta fruta es el kiwi, cuyo origen proviene del sur de China.
La palabra también nombra a un pájaro endémico de Nueva Zelanda, no volador, de tamaño parecido a una gallina y con un pelaje cardado que sería toda una fantasía en los años 80. De hecho, a los neozelandeses se les llama coloquialmente kiwis.
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Según la prestigiosa Mayo Clinic estadounidense, el kiwi tiene un alto contenido en fibra, potasio y vitamina E, es por ello que también se emplea para prevenir el estreñimiento, que es quizá su uso más conocido. Igualmente ayuda a bajar el colesterol malo y controlar la presión arterial. Por otro lado, su carácter saciante ayuda a quienes tratan de seguir una dieta y no picar entre horas.
El kiwi verde, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, tiene el doble de vitamina C que la naranja. Desde la universidad neozelandesa de Otago también avalan su eficacia este aporte vitamínico concreto, con el consiguiente aporte de vitalidad y el estímulo a las endorfinas, lo que hace incluso que mejore el ánimo.
Periodista especializada en medio ambiente, política, arte y cultura. Graduado en Periodismo en la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina. Redactor en El Popular. Interesado en temas relacionados con Inteligencia Artificial, política, música, arte, cultura.