La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn pertenecen a un grupo de patologías que se les conocen como enfermedades inflamatorias intestinales. Estas son diagnosticadas habitualmente en edades tempranas, mediante síntomas que incluyen fiebre, dolor abdominal y diarrea, con o sin presencia de sangre.
Si bien las causas de estas patologías aún son desconocidas, se sabe que existen algunos factores inmunológicos, genéticos y ambientales. En cuanto a lo primero, destaca la presencia de sustancias inflamatorias a nivel digestivo. Se trata de una inflamación promovida por las células inmunes del propio paciente.
Asimismo, se observó que el riesgo aumenta cuando existen defectos en ciertos genes vinculados a la relación entre el sistema inmune y la flora intestinal. Sin embargo, estas anomalías genéticas no son decisivas a la hora de prever si alguien desarrollará una enfermedad inflamatoria intestinal.
El origen de las enfermedades inflamatorias
Los determinantes ambientales son, pues, los únicos sobre los que podemos actuar. Un reciente estudio ha detectado los siguientes factores de riesgo: sufrir ansiedad, vivir en una ciudad, ingerir grandes cantidades de grasas y carbohidratos y llevar una dieta baja en fibra. Otras variables menos relevantes son la depresión y el consumo de tabaco y antibióticos.
El consumo elevado de carbohidratos simples, por ejemplo, se ha relacionado con la función alterada de las células de Paneth, quienes se encargan de regular las bacterias de la flora intestinal y su relación con el sistema inmune. El consumo de fibra es beneficioso en pacientes afectados por la enfermedad de Crohn, ya que, en conjunción con otros tratamientos, contribuye a reducir los síntomas.
Por su parte, la ansiedad y la depresión no solo promueven la producción de sustancias inflamatorias, sino que además pueden alterar las funciones de las células inmunes. Ambos trastornos también se han asociado con la gravedad de los síntomas en pacientes ya diagnosticados de enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa.
El tabaco, perjudicial en cualquier caso, es un factor ambivalente: mientras que empeora los síntomas de la enfermedad de Crohn, previene recaídas en los pacientes con colitis ulcerosa. Además, ciertos estudios han comprobado que fumar aumentaba el riesgo de sufrir la primera, pero no la segunda.
Y, por último, las personas que viven en las ciudades consumen más grasas saturadas y azúcares, lo que contribuiría a aumentar el riesgo.Debido al aumento de casos, conocer qué hábitos aumentan la probabilidad de padecer enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa es importante para establecer políticas de prevención y promover estilos de vida saludables.
Periodista especializada en medio ambiente, política, arte y cultura. Graduado en Periodismo en la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina. Redactor en El Popular. Interesado en temas relacionados con Inteligencia Artificial, política, música, arte, cultura.