La actividad física cumple un rol muy importante en el cuidado de nuestra salud. En esta nota, te contamos los beneficios que tiene para el cerebro según los expertos.
PUEDES VER: Los riesgos de la obesidad y el sobrepeso
A medida que pasan los años nuestros tejidos y órganos se degeneran. Asimismo, la funcionalidad de las células va disminuyendo; en el cerebro ocurre una neurodegeneración o pérdida de neuronas. Algunos cambios que se dan son: adelgazamiento de la zona cortical, pérdida de tejido gris y blanco (conducciones nerviosas), aumento del volumen de los ventrículos y disminución de neuronas en el hipocampo. Esto puede resultar en enfermedades como el Alzheimer.
El estudio Baltimore, es un estudio longitudinal que ha demostrado que la reducción en la capacidad metabólica asociada al envejecimiento se relaciona con el aumento del volumen del ventrículo cerebral. Eso llega ha a atrofiar este órgano vital. Un mejor uso de la energía a través del ejercicio podría ralentizar la pérdida de tejido en nuestro cerebro.
La práctica de ejercicio puede mejorar la capacidad cognitiva e incrementar el tamaño de algunas áreas del cerebro. Un artículo publicado en la revista científica PNAS, indica que el ejercicio físico aumentaba el volumen del hipocampo, la sección del cerebro donde reside la memoria.
A menudo creemos que nuestro cuerpo es un organismo compartimentalizado; es decir que las enfermedades y afecciones se focalizan en órganos. Pero no es así, todo se encuentra interconectado. Por ejemplo, un problema de riñón puede agravarse y convertirse en una cardiopatía.
Cuando nos ejercitamos, sometemos a nuestro cuerpo a un estrés moderado. De esta forma obligamos a las células a aumentar su gasto energético. Eso implica movilizar nutrientes que se almacenan en los músculos. A estos cambios fisiológicos para hacer frente a este estrés moderado se le conoce como hormesis.
En este proceso, los músculos liberan sustancias que informan al resto de órganos sobre la demanda energética. Estas sustancias llamadas mioquinas se liberan a la sangre. Las mioquinas llegan al cerebro y aumentan la capacidad de las neuronas para establecer nuevas conexiones o reforzar las existentes.
Por otro lado, el ejercicio físico también incrementa el flujo sanguíneo y la oxigenación. Esto repercute de manera positiva en la actividad cerebral; especialmente en las personas mayores. Otros estudios también han demostrado que las actividad física moderada produce efectos antiinflamatorios; reduciendo la progresión del Alzheimer o la demencia senil.
Redactora para la web e impreso de “El Popular”. Me encanta entrevistar. Amante de los libros, el terror y Disney.