El mandatario de Rusia, Vladimir Putin, quien tiene 68 años de edad, declaró este jueves que todavía no recibe la Sputnik V contra el coronavirus, enfermedad que ha cobrado la vida de más de 1.5 millones de personas en el mundo.
Vladimir Putin explicó durante una conferencia de prensa anual que, aunque Rusia ya comenzó su campaña masiva de vacunación con la Sputnik V, él todavía no ha sido inoculado contra la COVID-19 porque no es recomendable para personas mayores de 60 años.
“Las vacunas que están circulando entre la población general de hoy están destinadas a personas de un determinado grupo de edad, y las vacunas aún no han llegado a personas como yo”, señaló Putin.
“Soy un ciudadano respetuoso de la ley en ese asunto, escucho las recomendaciones de nuestros especialistas y hasta ahora no la he tomado. Pero lo haré tan pronto como sea posible”, añadió el presidente de Rusia.
PUEDES VER: Vladimir Putin recibirá la vacuna rusa contra el COVID-19 antes de su viaje a Corea del Sur
De acuerdo a CNN, Rusia registró la vacuna Sputnik V en agosto antes de los ensayos clave de fase 3 a gran escala necesarios para establecer su eficacia y seguridad, lo que generó escepticismo tanto en el país como a nivel internacional. Según la descripción del producto, la vacuna se recomienda a personas de entre 18 y 60 años y no se aconseja su uso a personas con una serie de enfermedades crónicas y afecciones.
El jefe de Estado ruso respaldó la vacunación masiva contra la COVID-19 en Rusia precisando lo siguiente: “Creo que es necesario (tener una vacunación masiva), los especialistas de todo el mundo dicen que la vacunación masiva es una de las pocas formas de superar esta pandemia, debería crear inmunidad en la población. Y repito que nuestra vacuna es eficaz y segura, así que no veo ninguna razón para no vacunar”.
MIRA TAMBIÉN: Vladimir Putin tiene Parkinson y dejaría la presidencia de Rusia, afirma medio inglés [VIDEO]
Actualmente, Rusia ha reportado 49.151 muertes por coronavirus y un total de más de 2,7 millones caso positivos por la letal enfermedad, convirtiéndose en el cuarto país a nivel mundial con el mayor número de contagios detrás de Estados Unidos, la India y Brasil.