
El reutilizar botellas de plástico es una actividad que, como seres humanos, hemos normalizado con el fin de proteger el medio ambiente; no obstante, este particular accionar puede ser riesgoso para tu salud. Un grupo de científicos de la Universidad Privada del Danubio (Austria) ha revelado que el reutilizar excesivamente las botellas plásticas, especialmente las que son del material polímero lineal semicristalino (PET), no son tan inocentes como aparentan.
Al momento de utilizar una botella vieja, el plástico de esta comienza a desintegrarse, liberando millones de microplásticos; estas diminutas partículas pueden adentrarse en nuestro cerebro o hígado. Las investigaciones recientes señalan que estos fragmentos son mucho más pequeños, considerados nanoplásticos; estos pueden penetrar nuestros tejidos, generando inflamación o alteraciones hormonales en nuestro sistema.

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No obstante, el riesgo es mucho más grande, ya que estas botellas también expulsan sustancias químicas como ftalatos, bisfenol A, entre otros elementos que afectan al sistema endocrino, generando problemas de fertilidad, obesidad, cáncer y daños en el desarrollo fetal en el caso de las mujeres embarazadas. Este tipo de sustancias se liberan más rápido cuando el plástico está expuesto al calor o presenta un daño notorio.
Las superficies plásticas de las botellas se suelen llenar de unos particulares arañazos microscópicos; estos forman una especie de refugio para la conservación de bacterias. Además, en solo 48 horas, las botellas reutilizadas pueden almacenar millones de bacterias por centímetro cuadrado. Si bien es cierto que la mayoría se pueden eliminar con un buen lavado, algunas de estas pueden resistir, lo que aumenta el riesgo de infecciones, en especial si la botella se encuentra deteriorada o mal limpiada.
Bacterias y gérmenes: el enemigo oculto en las botellas de plástico.
Existe evidencia científica que incluye estudios clínicos realizados en humanos y animales que nos sugieren que estas partículas y componentes no solo indican un grave problema ambiental, sino que también son considerados como una amenaza directa para la salud de las personas. Como ejemplo, la investigación austriaca ha relacionado al consumo de agua embotellada con una reducción de la presión arterial; este es un indicador de que estos materiales pueden afectar a nuestro organismo.
Por ello, con el fin de prevenir enfermedades y la propagación de bacterias y microbios, los especialistas recomiendan lo siguiente:
Recuerda que estas pequeñas acciones pueden representar grandes cambios para tu organismo y, por ende, tu salud. En un mundo donde la mayoría de las personas dependen del uso constante del plástico, apostar por alternativas seguras es la mejor opción.
Periodista especializada en ciencia, tecnología y salud. Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en El Popular, interesada en temas relacionados con estudios científicos, eventos astronómicos, hallazgos y más.