Una mujer fue repatriada con su bebé en un vuelo humanitario desde España a Perú. En el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez le indicaron que ya no había test COVID-19; sin embargo, grande fue su asombro al ver que sí tenían las pruebas para el futbolista Paolo Hurtado y su familia.
Astrid Eloísa Mejía Beltrán, de 24 años de edad, llegó a Perú con su menor hijo el pasado 29 de julio. Debido a los protocolos de salud por el coronavirus en Perú, la madre de familia debía de someterse a las pruebas rápidas para descartar la enfermedad.
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“Le indicaron a mi esposo que se podía llevar a mi bebé porque es un menor de edad y Yo me encontraba mal de salud. Hicimos todo para que se lo pudiera llevar y al último no nos dejaron. Dijeron que ‘ya no habían pruebas para que se pueda retirar’”, contó la mujer a El Popular.
Sin embargo, la madre de familia reveló que le negaron la prueba COVID-19 y le dieron la preferencia al futbolista Paolo Hurtado y a su esposa, quienes también fueron repatriados.
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“Cuando me estaba yendo al bus estaba Paolo Hurtado con su familia y cuando subí al carro el futbolista fue a tomarse la prueba COVID-19 con toda su familia y se retiró a su casa”, manifestó.
“A mí me negaron la prueba porque supuestamente no había”, agregó Mejía. La mujer indicó que se encontraba indignada pues quería que su bebé regrese a casa con su padre.
Paolo Hurtado y su esposa conversando con trabajador de INDECI en el Aeropuerto Jorge Chávez.
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Ante el reclamo de sus familiares, la madre de familia contó que un miembro del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) le dijo a su hermano que se trataba de ‘un caso especial’.
“El personal de INDECI le dijo a mi hermano que es ‘un caso especial’ y que no tiene que darle más explicaciones y se fue”, indicó, “pedí ayuda y nadie me ayudó. Me tuvieron de un lado a otro. Yo tuve que cargar el coche, las maletas. Me subieron al bus con mi bebe como sea”, agregó.
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Mejía indicó que su martirio no terminaba allí. En el Pardo Hotel de Miraflores, que da alojamiento provisional a los ciudadanos repatriados durante la pandemia, también recibió malos tratos.
“Nos sirvieron las comidas frías a la hora que querían, incluso teniendo un bebe, la comida en el piso…sé que hay protocolos pero hay que saber hacerlos también”, contó.
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La mujer contó que estaba enferma, con una infección por gastritis. Ella manifestó al personal del hotel que requería un médico para que la atienda; sin embargo, hicieron caso omiso.
“Incluso pedí si podía traer un médico y que mi esposo iba a conseguir uno, pero no le dejaron” relató. Después de ese episodio, Mejía consiguió que le hagan la prueba el día viernes 31 de julio, la cual salió negativo para COVID-19.
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“Yo me seguía sintiendo mal y no me dejaban salir. Mi esposo tuvo que llamar al Minsa y recién salimos el sábado en la tarde”. Ahora Astrid Mejía y su bebé se encuentran a salvo en casa con su familia y con el recuerdo de esta mala experiencia en medio de la pandemia.