Ansiedad: Así te avisa tu cuerpo
Aunque es común en todos, hay personas que la desarrollan patológicamente.
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Todos en algún momento hemos sentido ansiedad, ya sea por un hecho en específico, un tema de salud o de trabajo, por un examen o alguna situación temporal. Sin embargo, hay personas que sienten ansiedad de manera patológica, siempre está allí presente. Padecen un miedo irracional a situaciones cotidianas que no tienen objetivamente nada de amenazantes.
Pero, ¿cómo podemos saber si la ansiedad que padecemos es temporal o 'normal', o es algo patológico? Aquí te presentamos algunos síntomas que deberías tener en cuenta para saber si padeces un trastorno de ansiedad.Preocupación excesiva
En este caso, se considera una preocupación excesiva si tienes pensamientos angustiosos la mayoría de los días de la semana durante más de seis meses. Además, son pensamientos que interfieren de alguna forma con tu día a día habitual y que pueden ocasionar otros problemas, como estrés o fatiga.
Problemas para dormir
Si te pasa a menudo que no puedes dormir porque te sientes nervioso por un problema concreto o por nada en particular, y te pasas la noche dando vueltas en la cama y a la cabeza, puede que sea señal de que padeces ansiedad. También si nada más despertarte ya estás angustiado, con la cabeza a mil por hora y eres incapaz de parar.
Miedos irracionales
Si sientes un miedo desproporcionado a una situación cotidiana, como coger el ascensor, o esporádicas, como toparte con una serpiente, quizá padezcas una fobia, que es un tipo de ansiedad. Con desproporcionado nos referimos a un miedo paralizante, que eres incapaz de superar y que no está a la altura del riesgo que supone esa situación, en principio mucho menor.
Tensión muscular
A menudo los trastornos de ansiedad van acompañados de tics musculares como apretar los puños o las mandíbulas, tan interiorizados que la persona que la padece puede no darse cuenta de que lo está haciendo.
Indigestión frecuente
Aunque la ansiedad es una enfermedad mental, a menudo se manifiesta en síntomas físicos por todo el cuerpo. Uno de los más habituales son los problemas digestivos: malestar, náuseas, gases, estreñimiento o diarrea son algunos síntomas comunes que pueden estar relacionados con la ansiedad.
Miedo escénico
A la mayoría nos causa cierto nerviosismo hablar en público. Pero si en tu caso el nerviosismo ocupa tu cabeza varias horas al día durante semanas antes de tu intervención y lo hace de un modo que te hace sufrir y te impide llevar a cabo tu vida normal (no te deja concentrarte, te quita el hambre y el sueño…), quizá padezcas un trastorno de ansiedad social.
Inseguridad
Un trastorno de ansiedad social no se manifiesta solamente cuando el afectado debe hablar en público: a menudo cualquier interacción social, como hablar con una persona desconocida en una fiesta, se convierte en una fuente de ansiedad debido a la inseguridad. Esta ansiedad puede transformarse en temblores, náuseas, enrojecimiento de la cara o sudores. Esto puede dificultar o impedir el mantener relaciones sociales normales, conocer gente nueva o progresar tanto en la etapa académica como en la laboral.
Ataques de pánico
En un ataque de pánico el paciente experimenta un sentimiento repentino de terror acompañado por síntomas físicos como dolor en el pecho, palpitaciones, sudores, visión borrosa. No todo el mundo que sufre ataques de pánico padece ansiedad, pero si los ataques de pánico se repiten, puede que esa persona padezca un trastorno de pánico.
Flashbacks angustiosos
En el caso de las personas que padecen ansiedad, a menudo no son recuerdos de experiencias traumáticas, o al menos no obviamente traumáticas, sino de momentos que resultaron especialmente angustiosos, como haber sido ridiculizados o haber pasado mucho miedo.
Perfeccionismo exacerbado
La atención obsesiva por los detalles es uno de los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo, pero algo similar puede ocurrir a las personas que padecen trastornos de ansiedad: si pasas mucho tiempo preocupado por no cometer errores, o por errores cometidos en el pasado, o por cómo pudiste hacer mejor algo que ya está hecho, quizá sea un problema de ansiedad.
Cuestionarte a ti mismo continuamente
La autocrítica y autoexploración son algo muy sano, pero cuando se convierten en un eco que machaca dentro de tu cabeza que se cuestiona continuamente todo lo que haces, puede ser síntoma de un trastorno de ansiedad.
Periodista egresada de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Martín de Porres. Desarrollo temas de Educación financiera como finanzas personales, emprendimiento, economía del hogar, ahorro; asimismo, temas de salud y psicología.