
El duelo por la muerte de una mascota o animal de compañía están difícil y doloroso como el duelo por un familiar o un ser querido humano.
Atravesar este camino doloroso a veces no es comprendido ni validado por quienes están alrededor del doliente, quien necesita más que nunca de empatía.
Para comprender esta situación conversamos con la tanatóloga mexicana Gaby Pérez Salas, quien llegó a nuestro país para presentar su libro ‘Tu huella en mi vida’ (Edit. Planeta), en el cual a través de experiencias propias y de sus pacientes ofrece una guía a quien está en proceso de duelo.
“Primero que sepa que su dolor es legítimo, que necesita que su dolor sea visto y validado, que ya estuvo bueno que los dolientes por un animal de compañía nos quedemos callados y aguantemos hasta agresiones, que puedas levantar la mano y decir “me duele lo que me estás diciendo”, pero también siendo muy claros de que, si el amor es real, el dolor también es real y el dolor merece ser respetado”, afirmó la autora.
“Es mucho más fácil para todos escribir que hablar. Porque a la hora que estás hablando con alguien, estás leyendo sus expresiones; la respuesta a tus palabras te motiva a seguir hablando o te cierra tus emociones”, refirió Gaby Pérez.
La tanatóloga explicó que el acto de escribir es una terapia, sobre todo para quienes es muy difícil expresarse oralmente. “El papel no tiene juicio, no te juzga y te deja explayarte; se llama terapia narrativa y funciona muchísimo para dejar de mentirte a ti mismo. Porque en este tipo de duelos acabamos diciendo lo que la sociedad nos dice: ‘ya debería yo de estar bien, ya fue mucho tiempo’, y acabamos pensando ‘estoy exagerando en mi dolor’; cuando no es así porque si el amor es real el dolor es real”, sentenció.
La autora aclaró que no se pueden comparar los duelos por una mascota y uno por un humano, uno no duele más que el otro porque son diferentes. “No me gusta meter los duelos en una categoría. Como tanatóloga cuando recibo un caso de la muerte de una mascota, necesito saber quién es el ser que se perdió, qué representa, es decir, qué perdiste al perderlo; porque para muchas personas su animal de compañía es su único vínculo o el motivo por el que siguen vivos, su responsabilidad y es por el que se levantan en las mañanas. Entonces no podemos generalizar son amores diferentes. La convivencia diaria hace muy estrecho ese vínculo”, dijo. Pérez Salas.
Periodista, bachiller en Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Martín de Porres. Desarrollo temas de Educación financiera como: emprendimiento, economía del hogar y ahorro; asimismo, temas de salud, nutrición y psicología.