Los triglicéridos al igual que el colesterol son grasas buenas, siempre y cuando no excedan los límites que les corresponden.
Estos constituyen la grasa abundante en la sangre y su principal función es servir como una reserva energética. Para que sigan trabajando bien tu alimentación debe ser la correcta.
Entre los alimentos que conviene disminuir o eliminar para que los triglicéridos no alcancen niveles de riesgo están los siguientes:
Los alimentos con grasas saturadas, como las carnes rojas y embutidos, que se pueden sustituir por carnes blancas como el conejo o el pollo sin piel.
Con los lácteos es mejor optar por las versiones descremadas y es muy importante eliminar todo producto industrial (ultraprocesado), como bollería, snacks o alimentos precocinados, ya que suelen tener grasas saturadas. Asimismo, el azúcar, la miel, las bebidas azucaradas y los refrescos.
El alcohol es uno de los mayores enemigos de la salud cardiaca. En este caso, se sabe que aumenta la producción de triglicéridos en el hígado.