El estrés también puede atravesar el plato. Para reducir su nivel de nerviosismo, o al menos no empeorarlo, se deben evitar ciertos alimentos.
- La cafeína es conocida por sus efectos estimulantes en el cuerpo. Consumido horas antes de irse a dormir, incluso puede provocar insomnio. No se recomienda para personas expuestas regularmente al estrés o ansiosas por naturaleza. En este caso, el descafeinado ofrece una buena alternativa.
- Cuando consume azúcar, se secreta demasiada insulina, lo que conduce a un pico de hipoglucemia. Las glándulas suprarrenales, en respuesta, producirán dos hormonas: adrenalina y epinefrina. Estas hormonas mantienen alerta al cerebro y son responsables de la hiperactividad. Entonces nos ponemos nerviosos y estresados más fácilmente.
- El alcohol, cuando se consume sistemáticamente en respuesta al estrés crónico, es malo para la salud y se puede convertir en una adicción y en una fuente de ansiedad. Moderación, ante todo.
- Los edulcorantes excitan el cuerpo de la misma manera que lo hacen cuando se consume azúcar. El cerebro, al ser incapaz de reconocer el azúcar real y el azúcar falso, producirá la misma respuesta: un pico en la insulina, desencadenando hipoglucemia y factor de irritabilidad.
- La carne roja es potencialmente dañina para el organismo si se consume en demasiada cantidad o con demasiada frecuencia. La grasa saturada y las proteínas que contiene son un estresante para el organismo, ya que debe utilizar mucha energía para digerirlo.
- El consumo de bebidas dietéticas aumenta la respuesta al estrés según un estudio publicado en la revista de endocrinología clínica y metabolismo.
- El exceso de sal causa muchos efectos nocivos, como inflamación, disminución de la absorción de potasio necesario para el buen funcionamiento del sistema nervioso y de nuestro sistema neurológico.