Un grupo de científicos japoneses estudiaron un método inusual de suministrar oxígeno a los mamíferos y, se espera que suplante a los respiradores mecánicos, equipos médicos esenciales durante la crisis sanitaria del coronavirus.
Los autores de un nuevo estudio, publicado el viernes 14 de mayo en la revista Med, demostraron que cuando algunos ratones o cerdos se ven peligrosamente privados de aire, un enema de líquido que transporta oxígeno puede rescatarlos.
El doctor Takanori Takebe, de la Universidad Médica y Dental de Tokio y del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati, se sintió motivado para estudiar esta idea inusual por la lucha de su padre con la enfermedad pulmonar.
Los ventiladores mecánicos pueden mantener vivos a los pacientes cuando sus pulmones están fallando, pero estas herramientas no siempre están disponibles y pueden agotarse, como ha demostrado la pandemia del coronavirus.
La investigación se había centrado en el uso de células madre en platos para hacer crecer órganos en miniatura, como los pulmones. Luego decidió probar algo totalmente diferente: en lugar de desarrollar nuevos órganos, ¿por qué no reutilizar los órganos que los mamíferos ya tienen?
En busca de inspiración en el reino animal, el galeno se enteró de que muchos peces y otras criaturas han desarrollado órganos multitarea.
Por ejemplo, los peces llamados lochas usan sus branquias para tomar oxígeno del agua, como lo hacen la mayoría de los peces, pero también pueden asomar la cabeza por encima de la superficie para tomar una bocanada de aire.
Las lochas no tienen pulmones, por lo que el aire que ingieren viaja a través de su tracto digestivo, donde sus intestinos absorben el oxígeno que necesitan.
Takebe y los coautores del estudio se propusieron ver si los intestinos de un mamífero también podían absorber oxígeno. Comenzaron simplemente bombeando oxígeno gaseoso por los rectos de ratones anestesiados y privados de oxígeno.
Aunque el procedimiento ayudó a los ratones a sobrevivir más tiempo, funcionó mejor cuando los investigadores rasparon la pared intestinal para adelgazarla, lo que hace que este método no sea muy atractivo para el tratamiento de pacientes humanos enfermos.
Luego, los científicos intentaron suministrar oxígeno en forma líquida. Agregaron oxígeno a un perfluoroquímico, un compuesto que tiene una capacidad para absorber gases.
Los científicos rociaron este líquido lleno de oxígeno en los rectos de ratones y cerdos. Descubrieron que cuando a los animales se les privaba peligrosamente de oxígeno, el procedimiento aumentaba el oxígeno en la sangre.
Los ratones empezaron a caminar de nuevo, y la piel pálida de los cerdos anestesiados se volvió de un sano rosa.
Un mamífero no usa su colon para respirar, pero cualquiera que haya usado un supositorio sabe que este órgano de paredes delgadas es experto en filtrar sustancias en el cuerpo.
Takebe ve una necesidad urgente de encontrar mejores formas de llevar oxígeno a los pacientes críticamente enfermos.
Asimismo, indicó que la seguridad del método en humanos debe evaluarse cuidadosamente, pero que esperaba comenzar los ensayos clínicos el próximo año.
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