Padece de cáncer, lupus y un trastorno sanguíneo que la obligan a cuidarse extremadamente de golpearse, cortarse o caerse pues cualquiera le provocaría una hemorragia interna grave que desencadenaría en la muerte.
"Tengo un cáncer, no sé si está ya en metástasis porque desde 2015 me niego a ir a un oncólogo. Tengo lupus sistémico eritematoso y hace dos años desarrollé un déficit de factor siete que me causa coagulopatías, hemorragias, mucho sangrado y mucho dolor", dice a la AFP Cecilia Heyder, una enferma terminal.
A sus 54 años, tiene una vida con mucho activismo social enfocada en los derechos humanos. Hace años que lucha para que el Gobierno de Chile aprueba una ley que establezca la legalización de la eutanasia pues ella ha sido "oficialmente desahuciada".
"Llevo muchos años luchando por una ley de eutanasia sin saber que me iba a tocar, sin saber que la iba a pedir, porque creo en los derechos individuales y soberanos de cada persona", dice a la agencia citada.
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Las razones que tiene para pedir la eutanasia de acuerdo a Heyder es que: "Cuando ves que tu vida ya no es la misma, cuando ves que tu vida se acaba y que ya no vas a poder salir a marchar, a hacer lo que más te gusta en la vida, que es encadenarte o protestar, es mejor dar un paso al costado y no seguir sufriendo".
La chilena Cecilia Heyder, activista por la legalización de la eutanasia, padece de cáncer, lupus y un trastorno sanguíneo que la obligan a cuidarse en extremo de cortarse, golpearse o caerse para evitar hemorragias internas
Ella aún puede caminar, ponerse pie y caminar con ayuda de su muleta poco a poco de forma lenta, en su torso tiene varios catéteres para cuando necesite ir al hospital pues debe someterse a la semana dos veces por transfusiones de plasma y opiáceos cada seis horas. "Eso no es vida. Amo vivir, pero quiero morir", lamenta rotundamente.
El caso de Cecilia no es ajeno, hay muchos enfermos terminales en Chile, por el que el Congreso debate el proyecto de ley "Eutanasia y muerte digna", aprobado por la Cámara de Diputados que espera ahora al Senado.
"Si yo me quiero morir no es un asesinato. Es mi opción libre, soberana e individual de cerrar mi ciclo. Estoy sufriendo, es un acto piadoso, humanitario que me concedan morir", dice, al reconocer el temor que siente de morir antes de que se apruebe la ley.
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Cabe mencionar que, Chile en los últimos años ha ido aprobando algunos proyectos que van en contra de algunos grupos conservadores en la posición tales como el divorcio, aborto terapéutico y unión de parejas del mismo sexo.
"Creo que no la voy a ver. Como estoy físicamente no creo que la pueda ver, pero creo que es inhumano el sufrimiento que me están dando y todo lo que me ha tocado hacer para exigir una muerte digna", agrega entre suspiros.
"Yo amo vivir, disfruto la vida. Disfruto las plazas, los parques, mis hijos, pero cuando no tienes una calidad de vida, es mejor un buen morir", zanja a la AFP.
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