Científicos investigan a un grupo de células, llamadas T, que podría ayudar en la estimulación de la inmunidad de COVID-19 ante las nuevas variantes que se muestran resistentes a las defensas de los anticuerpos, de acuerdo con una nueva investigación publicada en la revista Nature.
Las células T son conocidas como “asesinas”, son inmunes y pueden atacar y destruir células infectadas por virus, y podrían proporcionar cierto nivel de inmunidad ante el coronavirus.
El interés de los investigadores, de acuerdo con el estudio, es encontrar una forma de rediseñar las vacunas para que puedan proteger a las personas de las diferentes variantes emergentes. Los primeros indicios señalan que las células T podrían prolongar el tiempo de inmunidad.
“Sabemos que los anticuerpos probablemente sean menos efectivos, pero tal vez las células T puedan salvarnos”, dice Daina Graybosch, analista de biotecnología del banco de inversión SVB Leerink en la ciudad de Nueva York.
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De acuerdo con el estudio, las personas infectadas generan células T que se dirigen a diferentes fragmentos de proteínas del coronavirus, lo que atrapan el virus y le impiden mutar para escapar del reconocimiento celular, a diferencia de los anticuerpos.
Junto a los anticuerpos, el sistema inmunológico produce un batallón de células T que pueden atacar a los virus. Algunas de estas, conocidas como células T asesinas (o células T CD8 +), buscan y destruyen las células que están infectadas con el virus. Otras, llamadas células T colaboradoras (o células T CD4 + ) son importantes para diversas funciones inmunitarias, incluida la estimulación de la producción de anticuerpos y células T asesinas.
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La investigación publicada en Nature afirma tener evidencia preliminar de la poca probabilidad de que la respuesta de las células T se vean afectadas por las mutaciones.
En primera instancia, el análisis le ha dado seguimiento a ensayos clínicos de las vacunas contra coronavirus. Con la variante sudafricana se encontró que Novavax, Astrazeneca, Johnson & Johnson y Oxford son levemente menos efectivas con esta cepa.
Es importante señalar que las células T no previenen la infección, puesto que comienzan a actuar una vez que el virus se ha infiltrado en el cuerpo. No obstante, su importancia está en eliminar la infección ya comenzada y pueden reducir la carga viral en las personas.
En el caso del Covid-19, las células T asesinas podrían significar la diferencia entre una infección leve y una grave que requiere tratamiento hospitalario, afirma Annika Karlsson, inmunóloga del Instituto Karolinska en Estocolmo.
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“Si son capaces de matar las células infectadas por el virus antes de que se propaguen desde el tracto respiratorio superior, influirá en lo enfermo que se sienta”, agrega Karlsson. También “podrían reducir la transmisión al restringir la cantidad de virus que circula en una persona infectada, lo que significa que la persona arroja menos partículas de virus a la comunidad”.
La empresa de biotecnología Gritstone Oncology de Emeryville, California, se encuentra en investigaciones para una vacuna experimental que incorpora el código genético para fragmentos de varias proteínas de coronavirus que provocan respuestas de células T. Los ensayos clínicos se estima que comiencen el primer trimestre de 2020.
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