El ébola y el VIH no pudieron con él, pero sí el coronavirus. Peter Piot, científico que lucha contra enfermedades infecciosas, concedió su primera entrevista luego de combatir al COVID-19.
Peter Piot fue uno de los científicos que descubrió el virus del ébola en 1976. Entre 1995 y 2008 estuvo al mando del Programa de Naciones Unidas contra el VIH/SIDA y, actualmente, es asesor del SARS-CoV-2 en la Comisión Europea.
Pese a su amplía experiencia, el médico Piot se contagió de coronavirus en el mes de marzo y, según lo dicho por él, estuvo cerca de la muerte pero vivió para contarlo.
En una entrevista a Knack, Piot contó su caso: “El 19 de marzo tuve repentinamente una fiebre alta y un dolor de cabeza punzante. Me dolía el cráneo y el pelo, lo que parecía extraño. Pensé enseguida: 'Tengo el virus'”.
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“Como sospechaba, cuando me hicieron el test de COVID-19 dio positivo. Me autoaislé en un cuarto de mi casa, pero la fiebre no cedía. Nunca había estado seriamente enfermo y no he tomado un día de licencia por enfermedad en los últimos 10 años. Llevo una vida sana y camino con frecuencia”. comentó.
El experto en enfermedades infecciosas señaló que el único factor de riesgo que tenía era su edad, porque, como es sabido, el nuevo coronavirus ataca severamente a adultos mayores.
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“El único factor de riesgo es mi edad, tengo 71 años. Como soy un optimista, pensé que los síntomas pasarían pronto. Pero el primero de abril un amigo médico me aconsejó un examen porque la fiebre y especialmente el agotamiento empeoraban cada día”, sostuvo.
“La imagen de mis pulmones mostró que tenía neumonía severa, típica del COVID-19, además de neumonía bacteriana. Me sentía constantemente exhausto, cuando normalmente me sobra energía. No se trataba simplemente de fatiga, era un agotamiento completo, nunca olvidaré esa sensación”, contó.
Un detalle que hace hincapié el experto médico Piot, es que el virus desaparece del cuerpo del infectado, pero genera consecuencias que dudarían largas semanas.
“Tuve que ser hospitalizado aunque otro test del virus dio negativo. Eso es típico del COVID-19, el virus desaparece, pero sus consecuencias permanecen durante semanas”, agregó.
“Te sientes tan cansado que te resignas a tu destino”, dijo. “Estás totalmente entregado al personal de enfermería. (…) Compartía el cuarto con una persona sin techo, un limpiador de Colombia, y un hombre de Bangladesh”, señaló.
“Tras combatir virus en todo el mundo durante más de 40 años me he convertido en un experto en infecciones. Siento alivio de haber tenido coronavirus y no ébola”, manifestó.
Además, Piot confesó que sintió la muerte. “Durante una semana estuve en vilo entre el cielo y la Tierra, en el filo de lo que pudo haber sido el final”, relató el médico.
El científico belga advierte que es un error pensar que el coronavirus tendrá un fin, por lo que llamó a la población a tener recaudo sobre esta enfermedad que no conoce distinción alguna.
“Sin una vacuna contra el coronavirus nunca volveremos a vivir normalmente. La verdadera estrategia de salida de esta crisis es una vacuna que pueda ser distribuida en todo el mundo. Eso significa producir miles de millones de dosis, lo que es un enorme desafío logístico”, indicó.