
Durante años, en la comunidad científica se han buscado diversas formas de relacionar la gravedad de Einstein con el mundo cuántico. Recientemente ha salido a la luz una nueva teoría que podría cambiar lo que conocemos sobre la gravedad y que, además, plantea una nueva forma de entender el universo.
Generalmente, la física actual se basa en dos grandes teorías: la relatividad general, la cual nos explica la gravedad como una limitante entre espacio y tiempo, mientras que el modelo estándar solo describe las funciones de las partículas subatómicas junto con sus interacciones.
El problema nace cuando ambas teorías actúan juntas, lo que da origen a los extremos del cosmos: agujeros negros o el inicio del universo (Big Bang). A lo largo de los años, han ido surgiendo otras teorías, como la de cuerdas o la gravedad cuántica de bucles; sin embargo, no han logrado descifrar esa unión.
Actualmente, el físico Mikko Partanen ha presentado una propuesta diferente: la gravedad no sería curvatura, sino un fenómeno emergente de un campo escalar, el cual define la estructura perfecta del espacio y tiempo.
Según esta teoría, el espacio-tiempo estaría bajo un campo de dimensión, el cual asigna cierto valor numérico en cada punto del universo y señala cómo se acumulan las partículas; de esta manera se percibe la gravedad. Pero existe un ligero factor que puede cambiar brevemente las leyes físicas actuales, y es que las fluctuaciones de este campo pueden modificar la intensidad de la gravedad o cambiar el comportamiento de las ondas gravitacionales.
Para analizar a detalle este descubrimiento y comprobar su funcionalidad, se requieren estudios de medición precisos de la constante gravitacional o el estudio de ondas gravitacionales, donde se revelaron patrones inesperados de comportamiento cósmico.
Por otro lado, el universo podría guardar huellas de este cambio en su radiación; para ello, se quiere del uso de telescopios avanzados. Es ahí cuando entran en juego el James Webb o Euclid, quienes serían piezas clave para hallarlas. También se puede encontrar en experimentos como analizar las propiedades del electrón.
De momento, esta teoría no cuenta con un respaldo experimental; sin embargo, con esta innovadora propuesta se abren las puertas hacia nuevas formas de investigación de manera simple y efectiva, ya que, a diferencia de otras que requieren el uso de dimensiones extras o partículas rebuscadas, la teoría de Partanen apuesta por utilizar herramientas sencillas.
Periodista especializada en ciencia, tecnología y salud. Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en El Popular, interesada en temas relacionados con estudios científicos, eventos astronómicos, hallazgos y más.