Hace unos días, el caso de Emilia Mamani Coaquira indignó a más de uno. Y es que la Policía Nacional del Perú (PNP) decidió enmarcarla a una silla de metal dentro del puesto sectorial del Terminal Terrestre de la ciudad de Juliaca, en Puno. Lo más alarmante es que la mujer se encontraba con su hijo de un año.
Después de casi tres días, la fémina, quien tiene siete hijos más, fue liberada. No obstante, la humillación ya había sido expuesta por varios medios. Tras esto, los agentes de la Comisaria de la Familia de Juliaca le pidieron disculpas públicas, pese a que el caso no se registró en su comandancia. Además, le llevaron una canasta de víveres.
Según detalló la alférez PNP Julia Andrade, tuvieron dicho gesto, ya que la indignación también los alcanzó. Por su parte, el general PNP del Frente Policial de Puno, Marco Lara Vergara, condenó el accionar y dijo que dichos uniformados actuaron sin criterio.
La pesadilla empezó el lunes 16 de noviembre, cuando Segundino Huayapa Hancco acusó a Emilia Mamani Coaquira de haberlo agredido. La mujer aceptó la imputación; sin embargo, dijo que el ataque vino de ambas partes.
Sin embargo, esto último fue ignorado por los policías, quienes procedieron a enmarcarla. Esto hizo que la fémina no pueda alimentar bien a su hijo ni que pueda acudir a los servicios higiénicos.
Esta tarde, jueves 19 de noviembre, recién fue liberada tras dar su manifestación vía telefónica al Ministerio Público, confirmó Nivardo Enriquez, representante de la Defensoría del Pueblo. El representante anunció que abrirán una investigación para hallar a los culpables.
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"La Fiscalía debió acudir para tomar las declaraciones de la señora. Con las investigaciones se sabrá cuál ha sido el actuar de la Fiscalía y de la Policía en este caso", apuntó Enriquez.