Carlos, de 38 años, llegó al Perú hace un año y medio por la crisis política, social y económica que atraviesa Venezuela, su país. Al igual que otros extranjeros, él se instaló en Lima para trabajar y así ayudar a su familia e hijos. Sin embargo, el coronavirus tumbó todos sus planes.
Desde una carpintería, hasta haciendo eventos, así se ganaba la vida Carlos, no obstante, el COVID-19 lo atacó hasta postrarlo en una cama.
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El 22 de julio, el extranjero fue auxiliado por el dueño del inmueble donde alquilaba un cuarto, en el Cercado de Lima, al notar que no podía mantenerse de pie. ''Los arrendatarios lo llevaron al hospital Grau (EsSalud) porque lo vieron mal. Allí lo han atendido porque pusieron (en papeles) que era un indigente y le detectaron que tenía hemoglobina de 4.5'', recuerda Jhonny Hinojosa Hernández, amigo incondicional de Carlos.
Lo más alarmante vino cuando le diagnosticaron coronavirus y síndrome mielodisplásico, que es un tipo de cáncer a la médula ósea. Su amigo cree que se pudo haber contagiado en el último trabajo que tuvo antes de la cuarentena, ya que después no salió de su hogar.
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“No ha estado trabajando y por eso tuvo que empeñar sus documentos a una señora para comer. Solo tiene su cédula. Hasta sábana le he tenido que traer’’, indicó sumamente preocupado, ya que Carlos se encuentra solo en Lima.
En un país ajeno, la situación es más complicada, refiere Jhonny, quien hasta ahora sigue apoyando a Carlos.
''Reuní una ayuda con la gente que conozco y cuando fui, vi que lo estaban atendiendo. Pero luego, me dijeron que, si no lo inscribía en el SIS, lo iban a sacar de ahí. Me quisieron hacer firmar un pagaré, pero yo les dije que no podía pagar nada porque solo soy su amigo, no tengo dinero, su familia está en Venezuela, él, aquí, no tiene a nadie. Sí les dije que 'lo que puedo hacer es que ustedes me ayuden para que le hagan la prueba de VIH''', detalló.
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Foto: Jessica Merino / URPI-GLR.
Ante este desalentador panorama, Jhonny decidió contactarse con la ONG Prosa, la cual apoya a extranjeros. Ellos, muy amables, le brindaron asesoría, y también le recomendaron que le saquen una prueba de VIH a Carlos, ya que así los trámites para del SIS podrían agilizarse.
''No digo que se estén negando a hacerle otros exámenes, porque pude ver desde el vidrio y la doctora me explicó que lo están tratando bien, vi que le estaban dando la comida y todo. Lo que quiero es que puedan inscribirlo al SIS. Ellos están buscando para dónde pasarlo porque no lo quieren tener más ahí, entonces, lo que necesito es que, si consigue SIS, sé que a él no lo van a sacar de ahí'', sostiene Jhonny, quien suplica apoyo.
Han transcurrido los días y debido al trabajo, Jhonny no ha podido acercarse al nosocomio, pero está en constante comunicación con la ONG, pues su principal interés es que acceda a una prueba de detección del VIH. ''A su familia no le he dicho sobre la prueba. Le he pasado todo lo que me han dado aquí en el hospital. Lo que quisiéramos es que le saquen la prueba urgente y, con el apoyo de Prosa, se puede hacer algo al menos, porque en Grau ya no lo pueden atender, me dicen'', apuntó.