Presbítero Maestro: la triste historia del niño Ricardito y los milagros que ha concedido
El pequeño, de aproximadamente 6 años de edad, es el personaje más visitado en el histórico cementerio por los relatos que se cuentan sobre este santo popular.
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El cementerio Presbítero Maestro es uno de los lugares con historias misteriosas realmente sorprendentes para muchos peruanos. Sin embargo, la más interesante es la historia del ‘niño Ricardito’, un personaje ilustre que se ha convertido en un santo popular debido a que muchas personas le atribuyen milagros en sus vidas.
La popularidad de este pequeño se debe a las leyendas urbanas que han contado los peruanos de generación en generación, lo que ha ayudado a alimentar la creencia en Ricardito y sus actos milagrosos. Por ello, es visitado todos los días y es adornado con vestidos, flores, regalos, fotos y placas en su nombre por varias personas, de igual forma, en su cumpleaños, los visitantes hacen un festejo a lo grande.
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Su triste historia
De acuerdo a la historiadora Leonardini, su nombre completo es Ricardo Espiell Barrionuevo, nació en Lima el 10 de diciembre de 1886. Fue hijo de Ricardo Martín Espiell, quien era un abogado y elegido como diputado por Puno en 1866. Sin embargo, a los ocho meses del nacimiento del niño Ricardito (8 de agosto de 1887), su padre fallece debido a una neumonía en el hospital Lázaro del Rímac.
Tras el fallecimiento de su progenitor, Ricardito queda huérfano antes de cumplir un año de edad y su infancia transcurre en el puerto del Callao hasta el 1 de marzo de 1893. A la edad de seis años fallece a causa de la fiebre amarilla, según los doctores.
El menor fue sepultado el 3 de marzo 1893 en el cementerio Baquíjano (Callao), en un nicho temporal, pero en 1899, sus restos fueron trasladados a una tumba perpetua en el cementerio Presbítero Maestro junto a su padre, gracias a la solidaridad de los amigos del padre.
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Nace el culto al niño Ricardito
Según los trabajadores de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana (administradora del cementerio), el culto a Ricardito nace cuando una señora descubre su tumba en los años 90 y le reza pidiéndole un milagro de salud. Tras cumplirlo, la mujer agradeció el hecho limpiando la escultura del niño y colocando un jarrón para las flores, además, semanalmente iba a visitarlo para dejarle regalos.
Seguidamente, la fama del pequeño creció poco a poco en los panteones, floristas y visitantes, por lo que poco a poco comenzaron a llegar fieles a su tumba. Algunas personas hasta afirmaban haberlo visto caminando entre los jardines.
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¿Qué milagros hizo el niño Ricardito?
En la década de 1940, una mujer llamada Benedectina contó a las personas que tenía a su hijo muy enfermo en el hospital de un mal extraño. Cuando la señora fue a visitar a sus abuelos al cementerio Presbítero Maestro y pedir por la salud de su hijo, en esa línea, se encontró con la estatua del niño Ricardito, el cual se llamaba como su propio hijo, por lo que le contó lo que sucedía con su pequeño y le pidió ayuda. En un par de semanas, el hijo de la mujer recobró la salud y su madre regresó a la tumba del niño Ricardito para agradecerle por el milagro.
En los años 90, tras escuchar sobre los milagros que hacía el niño Ricardito, otra mujer fue a visitar al niño Ricardito para pedirle que cure a su hijo, quien tenía leucemia. Después de una semana y media de haber visitado la tumba, su hijo se curó, por ello, la mujer iba todos los lunes para limpiar la estatura del Ricardito. Asimismo, le llevaba tortas, caramelos, chocolates, juguetes y flores.
De igual forma, en la actualidad, un gran cantidad de personas visita la tumba del niño Ricardito, ellas cuentan los milagros que este pequeño ha realizado en sus vidas, desde dinero, salud, alimentos y otras cosas. Por ello, el niño Ricardito se ha consagrado como el más visitado y el más querido dentro del cementerio.
Nací, estoy creciendo, aún no me reproduzco y no creo que muera. Periodista y cantante.