La soledad en la tercera edad: Ojo a las señales

Es importante estar atentos a sus sentimientos y comportamiento. Hay que hacerlos sentirse amados.

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La soledad no siempre es mala, ya que a veces queremos estar solo con nosotros mismos, oírnos y sentir tranquilidad. El problema empieza cuando esta soledad se vuelve crónica y más aun en las personas de la tercera edad, ya sea por decisión propia o por indiferencia de los demás.

¿Pero cómo saber cuando un adulto mayor comienza a sentirse solo? Pues existen señales a las que debemos estar atentos, antes de que sea tarde.

Falta del hábito de cultivar amistades. Con la edad es inevitable que se vayan perdiendo relaciones de amistad, sobre todo cuando estas empiezan a morir.

Falta de autoestima. Si una persona mayor nos dice que se siente mal, que siente que ha desperdiciado la vida, que no vale nada, que nadie la quiere y comentarios de este tipo es bastante sencillo ver que se siente sola y tiene un grave problema de autoestima.

Poca disposición para adaptarse. Si la persona mayor se muestra poco predispuesta para adaptarse estamos ante una señal preocupante. Puede significar que ha llegado a un punto tan grave de soledad que, pese a que la sufre, no es capaz de tolerar nuevas situaciones, aunque estas sean divertidas y le traigan interacción con otras personas.

Toma nota:

Los sentimientos de soledad prolongados pueden afectar negativamente a la salud, tanto en lo físico como en lo mental.

La soledad crónica: ¿Qué es este trastorno?

Este tipo de soledad es la que se da cuando los sentimientos de soledad y de aislamiento social se van extendiendo a lo largo de un largo período de tiempo. La persona presenta sentimientos constantes de sentirse sola, alejada o apartada de la sociedad, pero no dispone de las herramientas para volver a conectarse a nivel social.

Según el portal especializado Psicologiaymente.com, “la soledad crónica puede pillar desprevenida incluso a la persona más sociable. Cabe decir que factores situacionales también pueden hacer que una persona se desconecte de la sociedad, como por ejemplo tener una enfermedad que impida la movilidad, haber perdido relaciones importantes o ya no disponer de formas para establecer contacto con los familiares”.

¿Cómo podemos ayudarlos a salir adelante?

Como familia o amigos de los adultos mayores que sufren de soledad podemos realizar diferentes acciones que los ayuden a salir adelante y a no sentirse solos.

Es cuestión de poner de nuestra voluntad y estar atentos a sus acciones y sentimientos.

Podemos hacer un esfuerzo e intentar que descubra nuevas amistades, apuntándose a actividades con otras personas de su edad y, así, compartir tiempo con gente con los mismos gustos, evitando así el aislamiento.

Asimismo, conversando con ellos es importante recalcar las cosas buenas que haya logrado a lo largo de su vida, mantenerlos activos, demostrar que nos importan y que los tenemos en cuenta, que sin ellos a nuestra vida le faltaría algo.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista, comunicadora social. Universidad San Martin de Porres.

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