Va al hospital por una infección urinaria y descubren que tiene un vaso en su vejiga [FOTO]

Médicos de España quedaron sorprendidos por el extraño caso en una paciente. Ellos pensaban que la paciente tenía una infección urinaria, pero en realidad se trataba de un vaso de vidrio atorado en su vejiga. Su caso fue publicado en una revista científica.

La mujer 45 años de Túnez había ido al Hospital Académico Habib Bourguiba por síntomas de infección del tracto urinario.

Aunque la paciente no tenía sangre en la orina ni sufría de incontinencia urinaria, el rango de glóbulos rojos estaba más alto de lo normal, lo que indica que el cuerpo estaba luchando contra una infección.

Al sacarle una placa de rayos X, los médicos quedaron atónitos cuando las imágenes revelaron que había un vaso de vidrio dentro de su vejiga.

Los cálculos en la vejiga, generalmente muy pequeños, se desarrollan a partir de masas duras de minerales que crecen cuando la orina no se vacía correctamente de la vejiga. Sin embargo, pueden crecer alrededor de objetos extraños alojados en la vejiga, en este caso el vaso.

El objeto estaba encerrado por un cálculo de 8 cm de ancho. La paciente reveló que había usado el vaso como juguete sexual varios cuatro años antes. Durante la práctica, lo había insertado en la uretra, el orificio por el que orinan las mujeres, en lugar de la vagina.

Si bien el informe no lo menciona, la mujer pudo haber estado practicando lo que se conoce como “sondeo uretral”. La actividad arriesgada consiste en insertar un vaso u objeto en la uretra para "aumentar el placer y la excitación sexual", indicó Wed MD.

Los médicos han recibido reporte de personas que colocan cosas allí deliberadamente, pero no se recomienda. “Se han insertado varios objetos en la vejiga y muchos pacientes no los quitan por sí mismos y tienen mucha vergüenza de buscar atención médica”, se indica en el informe.

Los médicos decidieron hacerle una cirugía para extraer el cálculo de la vejiga. Luego lo abrieron para exponer el vidrio aún intacto. Dos días después, la mujer se había recuperado y estaba lo suficientemente bien como para irse a casa.

“El mejor tratamiento sigue siendo preventivo equilibrando el trastorno etiopatogénico subyacente y mediante una buena educación sexual”, finalizó el informe.