Este electrodoméstico jamás debe desenchufarse: podrías estar duplicando tu consumo sin saberlo

En muchos hogares, se ha vuelto costumbre desconectar los electrodomésticos cuando no se usan, con la idea de ahorrar energía. Pero no todos los aparatos están hechos para apagarse constantemente. Y uno de ellos es la nevera.

Sí, el refrigerador, ese electrodoméstico silencioso que funciona día y noche, es el único del hogar que debe estar siempre encendido. Desconectarlo puede parecer una decisión lógica, pero puede duplicar tu consumo eléctrico al forzar su reinicio… y eso no es lo peor.

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¿Por qué no debes apagar tu refrigeradora?

Apagar la refrigeradora, aunque sea por unas horas, rompe la cadena de frío. Esto puede dañar los alimentos que almacenas, sobre todo carnes, lácteos o platos preparados. Según especialistas citados por Energy Star, los cambios bruscos de temperatura son el caldo de cultivo perfecto para bacterias peligrosas.

Además, los modelos modernos están diseñados para ser eficientes de forma continua. Cortarles la energía genera un efecto rebote: el motor trabaja el doble al volver a encenderse, y eso gasta más luz de la que supuestamente ibas a ahorrar.

¿Y el aparato? También sufre

Los técnicos en refrigeración advierten que apagar y prender una nevera con frecuencia puede dañar el compresor, que es el corazón del sistema. Si lo enciendes antes de que la presión interna se estabilice, puede forzarse, calentarse y hasta dejar de funcionar.

También hay otro enemigo silencioso: la humedad interna. Al desconectarse, se forma condensación que, al reactivarse, se convierte en escarcha o incluso puede oxidar los componentes eléctricos con el tiempo.

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Cómo ahorrar energía sin desenchufar la nevera

Si te preocupa la cuenta de luz, hay formas más efectivas y seguras de reducir el consumo sin tocar el enchufe:

• Ubícala lejos del calor: no la pongas junto a cocinas, hornos o ventanas soleadas.
• Déjale espacio para respirar: al menos 5 a 10 cm de separación con la pared trasera.
• Revisa los sellos de la puerta: si hay fugas, el compresor trabaja el doble.
• No la sobrecargues ni la dejes vacía: una nevera con contenido ayuda a mantener mejor la temperatura. Si está vacía, pon botellas con agua para estabilizar.
• Descongela si hay escarcha: si tu modelo no es no frost, el hielo acumulado puede bloquear el frío.

La clave está en el uso inteligente, no en apagar por costumbre

Aunque parezca contradictorio, desconectar la nevera no solo puede aumentar tu gasto eléctrico, sino también arruinar alimentos y reducir la vida útil del equipo. Lo ideal es optimizar su uso y mantenerla funcionando como fue diseñada: 24/7.

Así que la próxima vez que salgas de casa o veas que tu factura subió, antes de desenchufar, pregúntate si estás cuidando tu refrigeradora como se debe. A veces, ahorrar comienza con entender cómo funciona lo que usamos.