
La luz azul es parte del espectro de luz visible. Si bien es emitida naturalmente por el sol, la luz azul también está presente en fuentes de luz artificial como pantallas y bombillas LED. La luz azul se encuentra en todas partes, en interiores y exteriores.
Por lo tanto, estamos, hasta cierto punto, sobreexpuestos. Sin embargo, una pequeña parte del espectro de luz azul puede dañar la retina: estas son las longitudes de onda azul-violeta.
Si bien la mayor fuente de luz azul se encuentra en nuestro astro el Sol, no necesitamos exponernos de más por la noche. ¿Nunca te has preguntado por qué el cielo es azul? Esto se debe a que la luz azul, por contener más energía que el resto de luz visible, se dispersa más al rebotar con las moléculas de aire y agua de nuestra atmósfera.
Sin embargo, el exceso de luz azul puede dañar las células sensibles a la luz que hay en nuestra retina y hacer que esos daños se asemejen a los daños que ocurren en la degeneración macular.
Se recomienda limitar el uso de dispositivos LED ricos en luz azul, especialmente para los niños. Incluso si es muy débil, esta luz azul interrumpe el ritmo circadiano afectando la calidad de nuestro sueño. Mejor use una iluminación blanca cálida para interiores y evite la exposición a la luz azul de las pantallas unas horas antes de irse a dormir.
Les comparto algunos consejos para que la luz azul no afecte tanto.
De otro lado, con una siesta de 20 minutos o menos, se mejora el desempeño para el resto del día.