Una serie de estudios publicados en los últimos meses y la observación de profesionales de la salud dan a conocer las secuelas que deja el coronavirus a los pacientes que han sufrido la enfermedad.
El Weill Cornell Medical College, de New York, recopiló los datos de 50 mil pacientes con COVID-19, y estos reflejaron medio centenar de secuelas.
Tras una depuración de casi 20 mil estudios, los especialistas observaron que el 80% de los pacientes mantenían al menos una secuela, como fatiga, dolor de cabeza, niebla cerebral, pérdida de cabello, y del sentido del gusto.
A continuación de mencionamos algunas de las secuelas, entre físicas y mentales, que deja el COVID-19:
En los casos más severos, es posible que se produzcan fibrosis pulmonar, enfermedad crónica caracterizada por el daño al tejido pulmonar y la formación de cicatrices. Junto a la capacidad respiratoria reducida, se produce la astenia y disnea.
Algunos estudios internacionales apuntan a que el 58% de los afectados por COVID-19 presentarían astenia (cansancio o fatiga), el 24% disnea (sensación de ahogo) y el 19% tos residual e incluso fiebre baja.
Esta secuela es mucho mayor para aquellos pacientes que han permanecido en hospitalización durante una larga temporada en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
“Permanecen entubados por mucho tiempo, traqueostomizados, en ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea), que consiste en usar una máquina que hace la función del corazón y los pulmones y bombea la sangre”, indicó la neumóloga e investigadora Margareth Dalcolmo, de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el principal centro de investigación en salud de Brasil y el mayor de América Latina.
El síndrome post-UCI puede incluir la pérdida de fuerza muscular, cambios en la fuerza motora o sensibilidad debido a la disfunción del nervio, a la depresión, ansiedad, cambios cognitivos, deterioro de la memoria y de la capacidad para razonar.
Un estudio en Alemania halló que, de 100 pacientes recuperados, el 78% registró algún tipo de anomalía en el corazón después del alta médica.
En el caso de los riñones, la evidencia muestra una alta incidencia de agotamiento entre los casos más graves de coronavirus, y que pueden a llegar a tener insuficiencia renal.
En los casos graves del Hospital São Lucas, en Porto Alegre, se observaron convulsiones, encefalitis, inflamación del cerebro, casos del síndrome Guillain-Barré, enfermedad que ataca el sistema nervioso y causa debilidad.
Otra complicación neurológica que los médicos han identificado en pacientes con casos severos es la incidencia de apoplejías o síntomas de ataque cerebral.
La coagulación incontrolada puede llevar a la trombosis venosa o bloqueo de una vía sanguínea, que puede inducir a un derrame cerebral. Esta incidencia a largo plazo de fenómenos trombóticos también puede ser a nivel pulmonar, y en otras localizaciones.
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