El vinagre puede ayudar a matar patógenos, incluidas las bacterias. Hipócrates, el padre de la medicina, usó vinagre para limpiar heridas hace más de 2.000 años. El vinagre también es un conservante de alimentos, y los estudios demuestran que inhibe el crecimiento de bacterias como la E. coli en los alimentos.
Hasta la fecha, una de las aplicaciones más convincentes del vinagre es que ayuda a tratar la diabetes tipo 2. Un estudio en personas con diabetes informó que consumir 2 cucharadas de vinagre de sidra de manzana antes de acostarse redujo el azúcar en la sangre, en ayunas, en un 4% a la mañana siguiente.
Varios estudios en humanos muestran que el vinagre puede aumentar la sensación de saciedad. Esto puede llevarlo a comer menos calorías y perder peso. Según un estudio, la ingesta de vinagre junto con una comida rica en carbohidratos aumentó la sensación de saciedad, lo que provocó que los participantes comieran de 200 a 275 calorías menos durante el resto del día.
El vinagre de sidra de manzana es un remedio común para las afecciones de la piel, como la piel seca y el eccema. La piel es natural y ligeramente ácida. El uso de vinagre de sidra de manzana tópico podría ayudar a reequilibrar el pH natural de la piel, mejorando la barrera protectora de la piel.
El ácido acético le da al vinagre su fuerte olor y sabor agrio. Los investigadores creen que este ácido es responsable de los beneficios para la salud.
El vinagre de sidra de manzana orgánico y sin filtrar también contiene una sustancia llamada madre, que consiste en hebras de proteínas, enzimas y bacterias amigables que le dan al producto una apariencia turbia.
Puedes tomar una cucharada de agua tibia antes de cada comida principal.