La pandemia ha puesto en jaque a diversos sectores, entre ellos la educación, que ha tenido que adaptarse y buscar nuevos métodos de enseñanza. En mayo de este año, el Ministerio de Educación hizo una modificación en la regulación de manera excepcional debido al estado de emergencia, donde indica que se pueden dictar las clases 100 % online, lo que antes solo permitía hasta el 50 % de los créditos.
Lo que para muchas universidades e institutos se asomaba de manera progresiva y lenta, se ha convertido en una carrera de adaptabilidad con algunas complicaciones, desde la logística con la conectividad a internet y el acceso a una computadora, a la deficiencia del manejo adecuado de plataformas de aprendizaje por parte de maestros y alumnos, que han ido subsanándose con los meses.
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“Hay innumerables historias de docentes de avanzada edad que han asumido el reto tecnológico y metodológico con éxito; y ni hablar de los alumnos, ellos están acostumbrados a los cambios que la tecnología va empujando en muchos aspectos de su vida, y no solo los aceptan, sino que los reclaman”, indica Francisco Tafur, gerente de Gestión Académica de ISIL.
El primer semestre de educación virtual ha sido una etapa de aprendizaje y el siguiente paso para los alumnos, docentes y autoridades es pulir las dificultades que se han ido presentando en la primera mitad del año. Por ello, Tafur da a conocer algunas recomendaciones para que los alumnos afronten un nuevo semestre exitoso:
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● Traten de mejorar, dentro de sus posibilidades, la tecnología y conectividad del ambiente donde estudian y reciben sus clases.
● Dosifiquen mejor la carga de cursos que van a tomar el siguiente semestre. Ya se habrán dado cuenta del esfuerzo que les toma llevar un curso en modalidad remota o virtual, y en función de eso, programen su matrícula en el siguiente ciclo.
● Aprovechen al máximo las bondades diferenciales de este entorno. Por ejemplo, muchas instituciones están grabando las clases, así que pueden repasarlas tantas veces como sea necesario.
● Utilicen los canales de comunicación con sus profesores para resolver sus inquietudes y dudas. Normalmente, en un entorno presencial, eso solo se puede hacer mientras se está en clase. Los docentes aprecian mucho que los alumnos muestren interés por los diferentes temas.
● Armen un horario donde incluyan las horas de clase, tareas, repasos y demás labores personales, del hogar y ocio.
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En el último año se han duplicado las inscripciones a plataformas virtuales de aprendizaje, ya sean certificadas o no. Bajo esta línea se puede asegurar que uno de los beneficios que está ofreciendo la virtualidad es la facilidad de poder acceder a bibliotecas virtuales, participar en webinars, revisar distintas plataformas que ofrecen información de manera gratuita y estando desde el lugar que se desee, solo conectándose a un aparato móvil con internet.
Periodista especializada en tendencias e internacionales. Graduada en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en el Popular. Interesada en temas relacionados con el medio ambiente, derecho de los animales, comunidades nativas y apoyo social.