
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) decidió no acatar la orden del propio presidente Donald Trump quien anunció la suspensión temporal de redadas en industrias como el campo, la hotelería y de restaurantes. Pese a ello, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) indicó a los agentes del ICE a continuar con los operativos en estos sectores.

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Cabe mencionar que la decisión del DHS responde, sobre todo, a la presión del ala más dura del gobierno, encabezada por el asesor Stephen Miller, quien argumentó que: "No habrá espacios seguros para industrias que alberguen a inmigrantes ilegales".
Las instrucciones fueron claras, por lo que continuaron con las acciones de deportación en establecimientos agrícolas, restaurantes y hoteles, ignorando la orden presidencial. Esto fue revelado por The Washington Post, exponiendo así la tensión entre la Casa Blanca y las agencias encargadas de la aplicación de la ley migratoria.
Por su parte, el Sector empresarial, sobre todo los gremios vinculados a la agricultura y los servicios han expresado su disgusto por las redadas. Por su parte, Emily Williams Knight, directora de la Asociación de Restaurantes de Texas, señaló que "los restaurantes no pueden abrir sin el personal migrante".
Mientras que en Texas, el 22% de los trabajadores del rubro son inmigrantes. Asimismo, según datos citados por The Washington Post, ICE arrestó a 70 personas en una planta de Nebraska, lo que desencadenó protestas y cierres temporales en la región.
Por último, el presidente Donald Trump, mediante Truth Social, reiteró su compromiso con la mayor deportación masiva de la historia de Estados Unidos y por ello, está presionando a las autoridades migratorias.
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