Un 28 de octubre de 1746, muchos se arrodillaron para pedirle a Dios que los mantenga a salvo. Ese día en Lima se registró un terremoto de 9 grados en la escala de Richter, pero no llegó solo, lo acompañaron 560 réplicas y a los minutos un Tsunami con olas de 15 metros de altura que terminó por sumergir al Callao y llegar hasta la avenida Faucett. Este hecho sin duda es uno de los más terribles y recordados momentos que le tocó vivir a la también llamada Ciudad de los Reyes.
Lima quedó destruida casi en su totalidad, edificios, iglesias y casas con relevancia histórica, todas se derrumbaron o estuvieron gravemente dañadas. Prácticamente, la escena era desoladora porque a los lados que los sobrevivientes veían solo hallaban ruinas y fallecidos, cifra que aún no es del todo exacta, ya que varían según las fuentes.
La altura de las olas podían llegar a los 24 metros, aproximadamente hasta 80 pies. El Primer Puerto fue tragado por el mar y pocas personas pudieron sobrevivir de milagro. Esto fue más escalofriante que una película de desastres, ya que la desesperación y ver a los barcos a kilómetros tierra adentra reflejaron el golpe que había recibido esta parte del país.
Su reconstrucción fue un cambio total, ya que la arquitectura fue sismorresistente, aunque todo el proceso se dio lento y laborioso. “El desastre alteró profundamente el desarrollo urbano y arquitectónico de la ciudad”, señaló el ChatGPT.
Periodista de actualidad, especializada en policiales y temas políticos. Graduada de la Universidad César Vallejo. Redactora web senior en El Popular. Interesada en temas relacionados a policiales, sociales, cine, baile, música, turismo, gastronomía y doblajes.