
La hija de Lida García desapareció el jueves 30 de octubre en el distrito de Pachacámac, luego de subir a un mototaxi al salir de su colegio, la Institución Educativa Peruano Canadiense. Desde entonces, han pasado 10 días sin noticias de la adolescente.
De acuerdo con las cámaras de seguridad revisadas por la madre, el hecho ocurrió alrededor de las 6:40 p. m. En las imágenes, se observa que el mototaxi se dirigía inicialmente hacia su vivienda; sin embargo, poco después dio la vuelta y tomó otro camino.
“Nunca más se volvió a ver a mi hija ni a la moto”, declaró la señora García a La República, visiblemente afectada.
En su búsqueda incansable, la madre logró identificar al conductor del mototaxi que habría llevado a su hija. Su nombre sería Eduardo Julio Manguinuri Polo.
Cuando se comunicó con él, el sujeto negó conocer el caso y afirmó que nadie se había subido a su vehículo. Sin embargo, al día siguiente, una mujer contestó el teléfono y aseguró que su esposo “no trabajaba como taxista”.
Lo más inquietante ocurrió durante esa conversación: la mujer describió un mototaxi idéntico al de las imágenes. Al ser consultada por la placa del vehículo, se negó rotundamente a proporcionarla.

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Debido a su insistencia, la señora García concertó una cita con la mujer para confirmar la placa. Antes de ir, acudió a la Policía Nacional del Perú (PNP) y pidió acompañamiento encubierto. Sin embargo, al llegar al lugar, la mujer le dijo que ella y su esposo conocían a los policías y sabían que estaban siendo vigilados.
Finalmente, los agentes solicitaron ver la placa del vehículo, y era la misma que aparecía en las grabaciones de seguridad.
“Ahí les digo a los policías que hay una prueba más de que ellos sí tienen a mi hija”, relató la madre entre lágrimas.
A pesar de la evidencia, no se tomó ninguna acción inmediata.
Días después, la misma mujer volvió a llamarla para decirle que había recibido una llamada de un hombre que exigía S/20.000 para devolver a la menor. El hecho despertó sospechas, ya que en la publicación de búsqueda figuraba solo el número de la madre.
Posteriormente, otro número llamó a la señora García exigiendo S/5.000 para la entrega de su hija. La madre accedió parcialmente y su hermana depositó S/2.000 a través de Yape, con la esperanza de volver a verla.
Sin embargo, los extorsionadores nunca aparecieron en el punto de encuentro.
Desde el inicio, la señora García enfrentó la indiferencia de las autoridades. Según contó, le pidieron esperar, bajo el argumento de que “las adolescentes salen con enamorados”, minimizando la desaparición.
Gracias a su perseverancia, logró que el caso pasara a manos de la Fiscalía, donde actualmente espera que se emita la orden para los interrogatorios y las diligencias necesarias.
El caso de Lida García refleja la desesperación y el abandono que viven muchas familias frente a la desaparición de un ser querido. Cada día que pasa sin respuestas aumenta la angustia de una madre que solo pide volver a abrazar a su hija.
Periodista especializada en actualidad y tendencias. Bachiller en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en Popular. Interesada en temas relacionados con actualidad nacional e internacional, virales en tendencia y más.