"El último pregonero" se resiste al olvido y sigue vendiendo sanguito y contando su historia
El sanguito tiene su origen incluso en la época prehispánica. Conoce en esta nota toda su historia y su preparación.
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El sanguito o arroz sanguito es uno de los dulces más antiguo del Perú. Su historia se remonta en la época colonial, pero se puede rastrear incluso en épocas prehispánicas. Su nombre proviene de la milenaria palabra quechua sanku, que significa “maíz cocinado a poca agua”.
Pero sería la cosmovisión, la tradición africana que daría forma a este dulce que perduró por muchos años en el Perú. De acuerdo con el Diccionario de Gastronomía Peruana Tradicional de Sergio Zapata Acha, el sango viene de la fusión creativa del esclavo negro al combinar la harina con azúcar, chancaca, pasas y canela.
Esta mezcla, llamada por Ricardo Palma “guiso popular”, fue muy bien recibida por los ciudadanos de la antigua Lima y, según cronistas de la época, masivamente consumido en la costa peruana.
De acuerdo con el tradicionalista, el dulce fue difundido por los pregoneros eran quienes a las 9 de la mañana caminaban por las calles virreinales del centro histórico con un cojín en la cabeza y encima la bandeja con el tradicional postre entre ellos el sanguito de ñajú y la de choncholíes.
Incluso hay una canción popular que recuerda el trabajo de los pregoneros: “A las seis es la lechera y a las siete la tisanera, catay, a las ocho el bizcocho, chumay, a las nueve el sanguito, compay”, dice la canción de raíces afrodescendientes.
Para el final del virreinato y la independencia del Perú, el sanguito comenzó a difundirse como una alternativa a la crisis económica que vivía el país. Muchos historiadores cuentan que el principal alimento de los mulatos en las haciendas y plantaciones.
Finalmente, a lo largo de la historia, el dulce comenzó a desaparecer. Una de la explicación del por qué perdió popularidad lo menciona Máximo Piñeyro, más conocido como el rey del sanguito. Según indica, el postre era muy pesado para llevarlo en la cabeza y se debía colocar una faja para caminar por la calle.
Esto provocó que pocas personas entren al negocio del sango. Al ver poco vendedores, el dulce comenzó a tener poca presencia y al final comenzó a desaparecer.
El sanguito se resiste al olvido
Recientemente, en la red social Tik Tok se ha difundido el video de un pregonero que cuenta la historia del sanguito con toques picaros y menciona que la el dulce era consumido en la época colonial y que era llevado por esclavos negros.
Además, le añade que las mujeres de los virreyes les gustan ver a estos esclavos cargar el sanguito y caminar por las calles. Este video ha sido muy compartido en las redes sociales y muy comentado. Entre los mensajes que más se destaca es que “el dulce debe volverse a rescatar para que no caiga en el olvido”.
Preparación:
Debes poner en una olla, paila o paciencia los siguientes elementos:
- 1/2 kilo de harina de maíz amarillo
- 1 1/2 litro de agua
- 1 palo de canela
- 5 clavos de olor
- 5 granos de pimienta chapa
- 1/2 kilo de azúcar rubia
- 1/2 kilo de chancaca en trozos
- 225 grs. de manteca (si es de cerdo mejor)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 300 grs. de pasas
Poner la harina en un recipiente, cubrirla de agua y dejarla remojar durante una hora. Poner una olla al fuego con 1 1/2 litro de agua, la canela, clavo y la pimienta de chapa. A continuación, agregue la harina remojada, sin el agua, y mueva constantemente hasta que cocine. Añada la chancaca, el azúcar, la manteca y la vainilla. Continuar moviendo con una cuchara de madera hasta que se vea el fondo de la olla. Casi al final se agregan las pasas. Volcar en una fuente y adornar con grageas de colores si se desea (archivo de Antiguas Recetas Peruanas).
Periodista especializado en temas policiales y políticos. Graduado de la Universinad Nacional Federico Villarreal. Redactor y coordinador en El Popular. Interesado en temas policiales, política y actualidad.