Helados Yamboly: la historia de éxito detrás de la empresa cuya dueña escapó del terrorismo
La emprendedora nacida en Ayacucho se ha convertido en un ejemplo por su arduo trabajo como distribuidora en el negocio de helados. Mira aquí la historia.
Únete al canal de Whatsapp de El Popular- Revelan imágenes de los últimos momentos con vida del policía Darwin Condori en hotel de SJL
- Fenómeno meteorológico pone en ALERTA a Lima y otras 17 regiones, según Senamhi: AQUÍ las zonas afectadas
Helatony’s SAC, más conocida como Yámboly dentro del rubro, es un negocio de helados muy popular en el país debido al precio y sabor que hace atractivo al producto para millones de peruanos que durante el verano aman consumirlo. Sin embargo, para que esto pasara de un proyecto a la realidad, existe una historia detrás de este éxito que se le atribuye a Dora Rodríguez, dueña de la empresa. Conoce cómo esta empresaria peruana logró instaurar un imperio a base de esfuerzo.
PUEDES VER: Isaac Lindley: el único empresario peruano que logró que Inka Kola destronara a Coca Cola en el Perú
La empresaria obtuvo el premio Líderes Empresariales en el año 2018, una iniciativa cuyo fin era visibilizar a las mujeres y hombres capaces de transformar el Perú mediante su parte frente al crecimiento económico y social. No obstante, la dueña tiene una historia desgarradora.
PUEDES VER: Conoce la historia de Aquilino Flores, dueño de Topitop que inició siendo vendedor ambulante
Dora Rodríguez escapó de Sendero Luminoso
En su adolescencia, cuando aún no acababa la secundaria en Huanta (Ayacucho), Dora Rodríguez fue amenazada por Sendero Luminosa con reclutarla. Ante ello, su padre, quien falleció en una masacre terrorista, la envió a Lima, a la casa de una tía, con el objetivo de que tuviera un futuro menos violento.
En ese sentido, con solo 15 años de edad, se mudó al populoso distrito de San Juan de Lurigancho para luego ser vendedora en un mercado y luego cambista por un tiempo. Ante la compra y venta de dólares, logró ahorrar para después incursionar en la venta de los helados Chantybón.
PUEDES VER: Kola Real: cómo surgió la idea desde un taller mecánico hasta convertirse en auspiciador del FC Barcelona
El surgimiento de Yámboly
Dora Rodírguez pudo posicionarse como distribuidora de aquella marca ya extinta entre 1997 y 2005, y forjó su propia cartera de clientes. Además, cuando se presentó la oportunidad de comprar la fábrica de Chantybón, no dudó y adquirió las instalaciones por unos 180 mil dólares, los ahorros de toda su vida.
Sin embargo, la propiedad no tenía suministro de agua y luz por la falta de pago. Es así que, con ayuda de su familia y de 15 trabajadores, Dora se abrió paso en un negocio dominado casi en su totalidad por Nestlé.
Además, cuando necesitó adquirir máquinas en 2006 para aumentar la producción, muchos bancos le negaron la posibilidad de un crédito, pero el Banco del Crédito del Perú (BCP) le brindó un préstamo, motivo por el cual Helatony’s siguió creciendo.
“Estoy agradecida por este reconocimiento. Me siento motivada para seguir creciendo como empresa, ayudar a mis colaboradores y a mi país, así como en el primer día”, mencionó Dora Rodríguez durante una entrevista para la revista Mujeres Ejecutivas cuando fue consultada sobre el significado del galardón de Líder Empresarial del Cambio.
En la actualidad, Yámboly tiene el objetivo de ingresar a un nuevo mercado, Por ello, hay un esfuerzo que respalda la expectativa, el aumento en un 50 % de la producción de helados en la planta de San Juan de Lurigancho.
PUEDES VER: Marvel y Disney presentan productos inspirados en los personajes más queridos de la plataforma
Proyección
En un principio, la empresa de helados Helatony’s S.A.C. operaba en un pequeño local ubicado en el distrito de La Victoria. Sin embargo, con el pasar del tiempo y con el dinero ahorrado, la señora Dora Rodríguez logró comprar un terreno de 5 mil metros cuadrados en el distrito de San Juan de Lurigancho. Esto le permitió tener mayor proyección y demanda en los pedidos del helado Yaboly. Por otro lado, gracias a ello, pudo expandir más su negocio porque se enfocó en el segmento poblacional más popular del país.
“Tengo planes de construir una nueva planta industrial. Estoy viendo un terreno de 30 mil metros cuadrados por Huachipa, que permitirá una fábrica mucha más amplia y moderna. Mi empresa tiene una antigüedad de 12 años. El crecimiento, según calculo, es de 15% anual desde que la fundé. Esto lo hice en base a un trabajo arduo, de mucho esfuerzo y bastante inversión. Me ha ido bien”, finalizó.
Nací, estoy creciendo, aún no me reproduzco y no creo que muera. Periodista y cantante.