El poder del verbo y la Biblia
El doctor Pérez-Albela nos habla de la palabra y su poder para modificar la vida de los que las oyen.
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Hay más de cien versículos en el libro de Proverbios que se refieren de una manera u otra a las palabras que pronunciamos. Es más, toda la Biblia está llena de referencias al uso que hagamos de nuestra lengua. La lengua es el órgano más pequeño de nuestro cuerpo, sin embargo, es uno de los más poderosos y activos.
Puede ser una fuente de gran bendición y consolación (Job 4:4; Proverbios 15:1; Isaías 50:4).
También puede ser destructiva, engañosa, peligrosa e hipócrita (Salmo 5:9; Proverbios 12:18; Romanos 3:13).
Las palabras tienen el potencial suficiente para modificar la vida de los que las oyen y aún de alterar el curso de la historia. A menos que esté bajo la influencia santificadora de la gracia de Dios, la lengua puede ser causa de males y dolor. Bien usada, las palabras son instrumentos de Dios que sirven para llevar a los seres humanos mensajes que los ayuden en su evolución. Pero cuando se abusa de ellas, pueden convertirse en problemas para las almas.
En Proverbios 26:28 se condenan “la lengua falsa” y “la boca aduladora”. Hallamos una de las declaraciones más severas de la Biblia contra la hipocresía. La lengua puede ser la cosa más hipócrita del mundo. A veces se usa para darle alabanza a Dios, y otras para proferir injurias y maldiciones contra los demás.
Así como es imposible que de una misma fuente salga agua dulce y amarga al mismo tiempo, también es imposible que de una boca que alaba a Dios salgan palabras que dañen su obra. Sin embargo, algunas personas recurren a la falsedad y a las adulaciones para encubrir sus malas intenciones. Párrafo
Una boca aduladora pronuncia una alabanza excesiva, presuntuosa e hipócrita. El adulador derrama una lluvia de frases selectas para llamar la atención de la otra persona, agradarla y seducirla.
La Biblia enseña que las palabras tienen grandes efectos en nuestra vida, tanto en el aspecto mental como en el espiritual.
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