Bien de salud: magnesio y déficit de atención

Es muy triste ver que los establecimientos médicos, incluso estatales y educativos, realizan campañas masivas para que niños y padres sean consumidores de drogas muy potentes que alteran el cerebro, como es el caso de metilfenidato, pese a que algunos científicos describen a esta droga como perjudicial para la salud, cuyo efecto sobre el cerebro es más potente que la cocaína.

En las últimas dos décadas se ha emprendido un devastador ataque contra los niños que, en vez de procurar una mejor manera de atender sus necesidades, está causando una crisis mayor.

Sin embargo, hay varios estudios que demuestran que la deficiencia de magnesio tiene un papel protagónico en el déficit de atención e hiperactividad. Hallaron que el magnesio tiene una influencia altamente beneficiosa en la prevención y el tratamiento de estos padecimientos.

El magnesio seda al sistema nervioso central, y si su deficiencia es severa puede producir pérdida de la coordinación, además de confusión mental. La mayoría de los niños que sufren ya sea de autismo o de hiperactividad tienen una deficiencia de magnesio. Hoy en día muchos médicos investigadores del magnesio sugieren que antes de emprender un tratamiento farmacológico, es preciso eliminar la probabilidad de una carencia de magnesio, dosificando este electrolito no solo en el plasma, sino que también en los glóbulos rojos, una prueba simple y costosa.

En la experiencia clínica, la sinergia entre el magnesio y la vitamina B6 (piridoxina) está dando notables resultados no solo para el déficit de atención y la hiperactividad sino también en el espectro autista. Se halló bastante evidencia de la vitamina B6 y el magnesio en casi la mitad de todos los niños y adultos autistas y con déficit de atención e hiperactividad, incluidos en 18 estudios consecutivos entre 1965 y el 2006.

Para más, recomiendo leer mi libro El Magnífico Magnesio.