Sexualidad: 3 beneficios de ver pornografía todos los días según la ciencia

El consumo de pornografía es mal visto en muchas sociedades. Especialmente, por el temor de que se vuelva adictiva. Según un estudio de la página web Help Porn Addiction, se estima que un hombre promedio pasa 40 minutos a la semana viendo pornografía.

Otro peligro es que distorsione los roles de la pareja y se vea a la mujer como objeto sexual. También está el temor en los hombres que pueda producir disfunción eréctil (esto último desmentido por un estudio realizado en 2015). 

A razón de las dudas y preguntas que surgen alrededor del consumo de pornografía, las investigaciones científicas orientadas al tema lograron demostrar que existe una influencia positiva de la pornografía en la vida sexual de la persona y la pareja.

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1. Mejora el deseo sexual en la pareja

Las parejas con bajo impulso sexual al consumir pornografía de manera diaria, disfrutan de un aumento en la libido e interés por el sexo, según detalló un estudio publicado en 2015, por The Journal of Sexual Medicine, basado en las investigaciones de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad Concordia. 

2. Libera hormonas anti estrés

Fotografías e imágenes eróticas, en especial de mujeres sensuales, lograron disminuir el nivel de estrés en los hombres, tras solo unos minutos, tras liberar una hormona llamada cortisol que actúa sobre el sistema nervioso, según detalla J,.David Creswell, en su investigación realizada en 2014, mediante la Carnegie Mellon University.  

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3. Favorece la autoexploración y autodescubrimiento sexual

Ver pornografía y sentirse estimulado por ella mediante la masturbación "favorece el autodescubrimiento de la sexualidad, de una manera segura. Por ejemplo, los hombres que se sientes confundidos con su orientación sexual pueden definirse si comprueban que experimentan mayor placer y excitación al ver pornografía homosexual", explica la terapeuta sexual neoyorquina Madeleine Castellanos.

En el caso de las mujeres, puede ayudarlas a descubrir sus puntos de mayor placer o zonas erógenas, y de esta manera comunicárselas a su pareja, mejorando el nivel del sexo.