De las calles a exportar: la nueva historia del vendedor que hizo más de mil manzanas acarameladas en vano

Hace unos días, un comerciante de México, a quien le cancelaron un pedido de 1500 manzanas acarameladas, conmovió a los usuarios de Facebook. La historia fue contada por su propio hijo en su red social, logrando que su padre no solo recupere lo invertido sino que se hiciera conocido en mundo.

Enrique es un vendedor ambulante de manzanas con caramelo en Monterrey. Cierto día un grupo de jóvenes le solicitaron un pedido de 3 mil unidades de estos dulces. Sin embargo, lo que parecía el negocio de su vida fue cancelado a último momento.

“Te vamos a devolver la mitad, a ver cómo haces para venderlas”, le dijeron. Enrique se desesperó por haber hecho una gran inversión en vano. Muy dolido contó lo sucedido a su hijo Luis, quien decidió contar el caso de su padre en Facebook para ayudarlo a vender las manzanas.

Para que la oferta fuese atractiva decidieron bajar el precio del producto, unos 8 pesos mexicanos, cuando suele venderlas a 10, a fin de recuperar lo invertido. El post de Luis poco a poco se hizo viral y la magia comenzó a suceder.

"Traje las cajas a mi casa y mis hijos le sacaron fotos y las subieron a las redes sociales. Poco a poco las fuimos vendiendo", contó Enrique a Televisa.

Más de 15 mil personas compartieron su publicación y miles de comentarios de usuarios haciendo pedidos. Y así, en cuestión de dos días, se había vendido todo. 

“Vendimos todo, pero todavía sigo teniendo pedidos para responder. Me llamaron desde distintas ciudades para tratar de ayudarme. Me empezaron a llegar tantos pedidos que no lo podemos creer”.

Su hijo, agradeció en Facebook al compartir la foto con la última caja ya cargada en el auto de un cliente: “Amigos, ya se acabaron. Muchas gracias por su apoyo, esta es la última entrega. Mil bendiciones”.

La historia de Enrique no solo se conoció en México, sino que traspasó fronteras, llegándole a solicitar que exporte a otros países.

“Tuvimos pedidos hasta de Nicaragua”, dijo Enrique, quien hasta hace poco recorría a pie diferentes lugares para ofrecer sus productos, y ahora sueña con comprar un carrito para poder salir a recorrer las calles con el equipamiento adecuado.