Conoce a Moisés Azocar, el gigante del Reventonazo de la Chola

Moisés Azocar llegó a nuestro país hace ocho años en busca de un mejor futuro. Fue vendedor ambulante, hasta "chaleco" de empresarios para ganarse la vida. Hoy sobresale, no solo por gran tamaño, también por su gracia y talento, en El reventonazo de la Chola. De esa forma busca ganarse un lugar en la comedia.

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-¿Cómo se dio la oportunidad de trabajar en el programa de Ernesto Pimentel?
Ernesto me vio cuando trabajaba en Gamarra. Yo hacía publicidad por redes sociales para las galerías y tiendas. Me disfrazaba de inca, yo mido 2.30 metros, peso 123 kilos y calzo 55. Muchos me dicen que soy muy zapatón (risas).

-Con esa talla no pasas desapercibido en ningún lado.
Sí, todos me quedan mirando cuando camino por las calles. Ser alto tiene sus ventajas y desventajas también. La desventaja es conseguir ropa, sobre todo el calzado, pero hay un señor que hace mis zapatos a medida.

-¿En Venezuela a qué te dedicabas?
Nací en la ciudad de Maturín, pero no críe en la ciudad de Caracas. Fui basquetbolista profesional, pero por una lesión dejé el deporte y estudié derecho. Vine a Perú por un mejor futuro. Ahora tengo una oportunidad de estar en televisión, aprendo mucho de Ernesto Pimentel y de los capos del humor como son Manolo Rojas y Fernando Armas.

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-Te hubiera gustado hacer comedia del teatro popular.
Sí, cuando era vendedor ambulante los miraba actuar a los cómicos ambulantes, me gustaba como armaban el ruedo y se metían al público al bolsillo. Son talentosos ellos, yo recién estoy aprendiendo los secretos de la comedia.

-La gente en la calle, ¿cómo te dice?
Mis seres queridos me dicen Moico, en el set de grabación me dicen Bambú (por la planta) y en la calle también me dicen Margarito.

-¿Llegaste a conocer a Margarito, el gigante peruano?
Sí, que en paz descanse Margarito. Lo conocí el 2017 cuando viajé a la selva, estuve en Tarapoto e Iquitos. Era una bella persona, mediamos casi igual.

-Echaste raíces en nuestro país.
Sí, antes estaba con una novia peruana, era de la selva, pero finalmente regresó a su ciudad. Actualmente, tengo una pareja, es bajita ella, con quien tengo dos hermosos hijos. Todo lo que hago son por ellos. No me considero comediante, soy consiente que me falta mucho camino por recorrer y estoy aprendiendo, y absorbiendo de grandes del humor.