Ángelo Fukuy cuenta que inició cantando en un rancho y con los Hermanos Yaipén - ENTREVISTA
Ángelo Fukuy tuvo una entrevista con El Popular y nos contó sobre sus inicios en la música, así como todo el camino que tuvo que pasar para llegar a sobresalir.
Únete al canal de Whatsapp de El Popular- Diseñadora ACUSA a Alejandra Baigorria de COPIAR modelos de su colección y muestra PRUEBAS: "No es la primera vez"
- Sergio Galliani hizo su GRAN REGRESO a 'Al fondo hay sitio' como Miguel Ignacio de las Casas: "Vengo a hacer maldades"
El cantante Ángelo Fukuy se encuentra lanzando su carrera como solista y trabajando en fusiones de ritmos que le gustan con la cumbia y exponer sus raíces a través de sus temas, así lo ha dado a conocer a través de sus redes sociales. En esta ocasión, el artista tuvo una amena entrevista con El Popular y dio a conocer sus inicios en la música y reveló ciertas anécdotas que con la agrupación con la que consiguió varios éxitos musicales.
- ¿Cómo así nació tu amor por la música y en especial por la cumbia?
La música estuvo conmigo desde muy pequeño gracias a mis abuelos y por parte de mi madre y tíos porque siempre nos llevaban por el lado del arte. Crecí escuchando a mi abuela y abuelo desde muy pequeño sin dejar de enfocarme en los estudios. Siempre mis papás nos decían que teníamos que estar estudiando y, de la mano, llevar la música.
Ellos sabían que me encantaba porque me gustaba las reuniones de mis tíos o familia ya que yo escuchaba cómo cantaban, al principio era así. Entonces, nace eso, mi gusto por la música y el canto con las canciones peruanas como la criolla, así como las rancheras. Pero era más por este último ya que a mis tíos y abuelos les gustaba artistas como Javier Solís.
A nosotros nos gustaba ese popular “A las doce” de los cumpleaños, porque al estilo de los mariachis llegábamos montados a caballo cada uno, haciendo esa figura mientras íbamos vestido como rancheros, crecí con esa música y poco a poco de pequeño empecé con figuras como Pedro Fernández.
- ¿A qué edad interpretaste tu primera canción y recuerdas cuál fue?
De 7 a 8 años, sí recuerdo e inicié con la de “La Mochila Azul” porque era muy popular en el colegio: “La de la mochila azul, la de ojitos turbiones”. Luego también con la de “Ya me voy” que, seguramente no la han escuchado y es muy bonita: “Ya me voy, que Dios mande mi alivio y que a ti te dé lo que has buscado. Si no fuiste feliz a mi lado, búscate otro que te quiera más que yo”.
Pero hay una que significa mucho para mí, es la de “Allá en el rancho grande”. Nosotros vivíamos a 40 minutos del pueblo y teníamos un pequeño terrenito donde era nuestro rancho y criábamos nuestros animalitos, una mini granja, pero para mí un paraíso. Sin embargo, llegaron los dueños y no teníamos los documentos en regla y tuvimos que desalojar a los 10 años de mi vida en ese ranchito.
- ¿Recuerdas también dónde fue exactamente el lugar en el que Ángelo Fukuy cantó por primera vez?
Sí, mis primeros pasos fueron en ese ranchito. Ahí también aprendí a manejar bicicleta y a nadar, aunque no teníamos piscina, pero sí una hermosa acequia. Luego mis tíos y amigos cercanos me dijeron que tenía que salir del pueblo e irme a Trujillo porque ahí era el punto de partida para lo que me gustaba sin dejar mis estudios; y así fue.
Yo estuve en la universidad estudiando contabilidad y finanzas y, a la par, trabajaba cantando en una cevichería “Coquitos”, ellos me abrieron las puertas cuando llegué a Trujillo. Fue mi primera experiencia y estuve como mozo, ayudante de cocina y administraba porque mi estudio estaba relacionado a eso y así me gané el cariño de los dueños. Justo ellos se fueron a su tierra Usquil para pasar fiestas y me dejaron a cargo del negocio. Fue allí donde empecé a ensayar para los viernes, sábados y domingos que yo cantaba y, de lunes a jueves, me desempeñaba como mozo, y en uno de los ensayos me escucharon Walter y Javier de los Hermanos Yaipén.
- Cuéntanos cómo ha sido ese proceso desde que te escucharon cantar hasta que formaste parte de los Hermanos Yaipén, ¿qué sensaciones hubo?
Yo no los conocía al principio, pero los chicos que me acompañaban en el grupito digital de la cevichería, sí. Yo escuchaba entre murmullos que eran los del Grupo 5 y yo no los conocía, sus canciones sí mas no en persona. Don Walter fue el que me dijo: “Nosotros somos los Hermanos Yaipén, ¿nos conoces?”. – Para serles sincero, no. Pero me dijeron: “Seguramente conoces esta canción ‘Que levante la mano’”. Y sí, la sabía...
Ángelo Fukuy revela que tuvo que dejar proyectos musicales porque había “mucha gente mala en el entorno”
- En los Hermanos Yaipén destacaste por ser la voz de canciones como “Lárgate”, “Humíllate”, “Qué levante mano” o “Ojalá que te mueras”, ¿consideras que alguno de esos temas logró impulsarte mucho más como cantante?
Claro. En realidad, uno de los muchos temas que tiene los Hermanos Yaipén, bueno, todos son bonitos, pero con la que más me identifico y la que me dio más satisfacción fue “Lárgate”.
- Tras tu etapa con los Hermanos Yaipén, surgió la agrupación Hermanos con Clase, ¿por qué ese proyecto no estuvo vigente mucho tiempo?
Yo vine a Lima la primera vez con los Hermanos Yaipén, luego terminé mi relación laboral con la orquesta, entonces, estuve con este grupo (Hermanos con clase). Lo que pasa es que cuando nos salimos (de Hermanos Yaipén) con Moisés Vega, hubo mucha gente en nuestro entorno y yo no los conocía y se aprovechaban de la circunstancia. Me di cuenta y conversé con Moisés para decirle: “Mejor seguimos siendo amigos con estas personas, opto por mejor dejar esto y enfocarme en lo mío”. Fue complicado y eso que estábamos en todos los diarios: “Ángelo Fukuy y Moisés Vega dejan Hermanos Yaipén y arman Hermanos con clase”, pero mucha gente estuvo en el entorno.
Te voy a ser sincero, soy muy bueno y no conocía a nadie, no tenía un manager o una persona en la que confiar. Mi padre estuvo lejos porque tuvo que viajar al extranjero, siempre parábamos juntos, mi familia me apoyaba mucho, pero no tenía a esa persona que esté empapada con la situación. Así fue, no sentía esa energía positiva con la gente que se estaba sumando a ese proyecto y opté por dejarlo.
De momento redactor, pero sé que algún día viviré siendo escritor. Si hay algo que me avala para ejercer la profesión es la licenciatura que tengo detrás y la experiencia acumulada desde que mi hobbie por las palabras se volvió un trabajo.