Andrés Wiese: Especialistas hablan sobre los videos sexuales

Enviar y solicitar videos o fotos sexuales a la pareja es una práctica que resulta bastante frecuente más aún, en esta cuarentena. Si ambos, tienen confianza y respetan la privacidad del otro, es decir, no lo van a difundir y se asegurarán de eliminar el material una vez visto, es una manera de mantener el contacto erótico y sexual en la relación; además, de no ir en contra del aislamiento social.

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Aunque, este intercambio de material gráfico o audiovisual erótico no es propio de las parejas estables; suelen hacerlo los denominados “amigos con derechos”, “los salientes” o aquellos que están haciendo nuevos amigos, sin llegar al acoso sexual.

"En cualquier situación, se debe tener cuidado con lo que se envía, ya que puede existir el riesgo de hacerse público y exponer la vida privada o podría caer en manos equivocadas e ingresar en grupos de extorsión o violencia sexual. Si a pesar del riesgo se decide hacerlo, se deberá ser extremadamente cuidadosos con lo que se pide porque se podría caer en delito", manifestaron los especialistas de APROPO.

Cuando uno recién conoce a alguien y tiene claras intenciones de flirtear, debe de estar seguro que la otra persona quiere lo mismo. Los intercambios de fotos o videos pueden ser una práctica agradable, si existe deseo y mutuo acuerdo. De lo contrario, sería considerado acoso sexual.

"Por otro lado, en este contacto inicial podrían existir confusiones que conlleven a la manipulación o chantaje. Una persona puede ilusionarse y hacer lo que sea, con tal de no perder el contacto con aquella que lo hace sentirse “enamorado” o “enamorada”, según el caso", indicaron los expertos.

En este punto, alguien podría aprovecharse de la situación y entrar en el juego, solicitando material sexual. Aquí evidentemente existe una relación de poder, que es consciente, pero que es tomada de manera natural o normal.

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Esto ocurre, por ejemplo, con personas que son famosas o admiradas, como cantantes, modelos, escritores o actores. Esto trae a colación el reciente caso del actor Andrés Wiese, quien compartía material de contenido sexual con sus fans. No hay nada de malo, si ambos son adultos y así lo acordaron, pero en este caso había una desigualdad de condiciones pues una de sus fans era una menor de edad. Además, su condición de actor lo pone en una situación de poder, donde difícilmente alguna seguidora le diría: ‘No’.

"Si bien existen algunos casos donde esta práctica fortalece el vínculo de erotismo y confianza con la pareja; existen otros, donde existe manipulación consciente, que ha sido naturalizada y, por lo tanto, nadie la juzga. Lo que se espera es romper con la “normalidad” de poder en las relaciones de pareja, empezando por eliminar pensamientos y conductas machistas desde la formación en el hogar, expresaron.