Los callos llegan a convertirse en un problema que aparece en forma de dureza tanto en manos como en pies, esto sucede usualmente como consecuencia del roce o de sufrir demasiada presión, eso se debe a que la piel reacciona y se protege formando ampollas o úlceras que pueden llegar a ser infecciosas. Para prevenir y/o eliminar este problema, te enseñaremos trucos y remedios caseros que te beneficiarán.
Remoja tus pies en agua caliente unos 20 minutos. A continuación, utiliza la piedra pómez para raspar la dureza de lado a lado. Enjuaga bien para retirar los residuos y continúa hasta que consideres que sea necesario, pero ten cuidado de no tocar la parte de piel sana pues podrías dañarla. Termina el tratamiento con piedra pómez para quitar callos cuando notes que la piel de la zona donde está el callo está más rosada.
Podrás eliminar todas las células muertas que se hayan acumulado en el callo y además estarás ablandando la dureza para así poder facilitar su eliminación. Para ello mezcla una cucharadita de manzanilla seca con un diente de ajo machacado y zumo de limón, y aplica directamente el resultado sobre los callos. Déjalo actuar durante unos 20 minutos y retíralo con agua tibia.
El bicarbonato de sodio es un producto fácil de encontrar, es uno de los productos más efectivos para quitar callos. Tendrás que disolver en agua tibia tres cucharadas de bicarbonato de socio, y mantener tus pies en remojo durante unos 30 minutos.
Un tratamiento que acaba con las bacterias y con las células muertas que acumulan los callos, ya que el limón y la cebolla son buenos ayudando a limpiar la piel en profundidad para ablandarla, y la sal es un exfoliante natural. Para conseguir la solución, tendrás que cortar una rodaja de cebolla y agregarle unas gotas de zumo de limón y sal. Colócalo sobre el callo y cúbrelo con algún tipo de venda que lo mantenga sujeto durante toda la noche. Debes repetir cada noche el mismo procedimiento hasta que los callos desaparezcan.
El tomate tiene muchas propiedades que nos favorecen. En este caso, para poder ablandar y eliminar los callos, puedes utilizar el tomate, extrayendo la pulpa y aplicándola directamente sobre la piel con callo. Cúbrela con una venda y deja que actúe durante toda la noche. Repite el mismo tratamiento cada noche antes de acostarte para conseguir resultados.
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