Cuando estás en una etapa de embarazo, los cuidados deben primar porque llevas a una vida. La alimentación no debe quedo en segundo plano y pasas por esta situación en invierno se recomienda tomar una dieta equilibrada, realiza ejercicio moderado y mantiene prácticas saludables con el fin de tener un resfrío tomando en cuenta en estos tiempos aún de pandemia del COVID-19 con sus variantes.
Debes saber que infecciones respiratorias pueden complicar la salud de la mujer embarazada o la del bebé, por tanto, como sabemos todo está en la clave, te indicamos algunas recomendaciones a tomar en cuenta.
Si bien puede resultar obvio esta recomendación, es mejor siempre tomarla en cuenta y no se te olvide. Para estar lo suficientemente abrigada, se recomienda usar capas: varias prensas finas en lugar de una y de esa forma se hace más adaptable a los cambios de temperatura del ambiente o salir de sitios con calefacción, la presencia de corrientes de aire, los propios sofocos ocasionados por el embarazo.
No te olvides de las manos, pies, orejas y otras partes que puedes dejarlo de lado, por eso para tratarlas usa Guantes, polainas, orejeras, gorras y otras prendas, aliadas cuando no hay más alternativa cuando las temperaturas han bajado considerablemente.
Durante el embarazo, las necesidades nutricionales son más exigentes que las calóricas y por eso es necesario tomar más, proteínas, vitaminas, calcio, yodo, fósforo, magnesio y hierro.
Durante los meses de frío, el clima puede que te provoque potajes, guisos y platos muy exquisitos, pero dado tu condición es importante prevalecer el equilibrio con las necesidades nutricionales. Pues bien, la clave en este sentido está en procurar un equilibrio que permita a la embarazada cumplir las necesidades nutricionales de esta etapa y que, a la vez, se quede satisfecha y no coja peso en exceso.
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Hay diversos beneficios para el embarazo tanto para la madre y el bebé. Si ella hace actividad física de forma moderada, sin excesos, reduce el humor de la mujer y su cansancio y genera la recuperación del cuerpo después del nacimiento de su hijo. Si bien en el invierno a menudo genera una mayor pereza, a estos beneficios se suma el hecho de que con el ejercicio aumenta el calor corporal, lo cual contribuye a sobrellevar mejor las bajas temperaturas.
Las gestantes en su condición se exponen más a infecciones de gripe, así lo indica Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que recibir una vacuna trivalente inactivada en cualquier estadio de la gestación. Además de la vacuna antigripal, se recomienda a las gestantes que procuren no entrar en contacto con personas que padezcan gripe u otra de las enfermedades respiratorias tan comunes en invierno (bronquitis, neumonía, etc.), así como acudir al médico ante la sospecha de estas enfermedades y evitar automedicarse.
La vitamina D desempeña un papel fundamental durante el embarazo, ya que regula -junto a otras hormonas- el metabolismo del calcio, el cual resulta vital para el desarrollo óseo del bebé. Y uno de los modos principales en que el cuerpo produce la vitamina D es a través de los rayos solares. Por ello, durante el invierno es aconsejable que la gestante esté atenta para sacar el máximo partido posible a los días o los ratos de sol, que en estas épocas escasean. Los paseos, además, son un estupendo ejercicio físico.
Y, si se pueden realizar en un parque u otro espacio natural, el contacto con el aire puro y los elementos multiplican sus beneficios.
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