Ignorar el malestar físico y postergar los chequeos médicos puede costarnos la vida, muchas veces esperamos el momento crítico para reaccionar. “Los pacientes llegan al hospital cuando ya tienen el párpado caído y la pupila del ojo muy dilatada, estos signos evidencian un aneurisma cerebral en estadio complicado y podría comprometer la vida del paciente”, comenta el Dr. Juan Coasaca Torres, jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Nacional Alberto Sabogal de EsSalud.
Para llegar a la caída de párpado y dilatación de la pupila, el paciente, ya ha tenido que haber pasado por dolores de cabeza, desde leves hasta moderados. Al llegar al hospital, deberá ser evaluado por el neurocirujano y probablemente, operado dentro de las 24 a 48 horas siguientes.
“El paciente con rotura aneurismática describe el dolor como el peor de toda su vida, algunos lo describen como de trueno, usualmente, va acompañado de pérdida de consciencia, náuseas, vómitos y convulsiones que llevan al paciente a un estado de crisis intensa y aguda”, según el especialista de EsSalud.
El aneurisma cerebral sí puede prevenir, si se trata de un aneurisma como consecuencia de hipertensión arterial, tabaquismo, mas no los congénitos, a estos últimos cuando se les detecta, deben ser seguidos y tratados oportunamente.
En el Hospital Sabogal, llegan semanalmente entre 2 y 3 casos de aneurismas rotos, algunos en estado crítico y otros para hacer el diagnóstico en las primeras horas de su llegada y el tratamiento se realiza en cuanto se hayan tomado todos los exámenes pre quirúrgicos que son indispensables. Por lo que, a pesar de las dificultades, el servicio de Neurocirugía resuelve esta patología en forma oportuna.
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