Todos sentimos fatiga o cansancio algunas veces y no tenemos ganas de hacer nada, pero hay gente cuya fatiga no se va y esta, a su vez, altera su rutina y perjudica su salud y estilo de vida.
Los síntomas del síndrome de fatiga crónica pueden incluir:
No existe una cura para el síndrome de fatiga crónica. Pero los expertos consideran que los siguientes cambios en el estilo de vida pueden ayudar a los niños que lo padecen: hacer ejercicio físico cuidadosamente planificado de manera regular y como parte de la rutina diaria.
El ejercicio físico puede incrementar la energía y hacer que una persona se sienta mejor. Un médico o un terapeuta puede enseñarles a los adolescentes técnicas de manejo y reducción del estrés.
Asegúrese de que existan buenos hábitos de sueño y rutinas regulares para ir a dormir y contrarrestar los problemas de sueño relacionados con el síndrome de fatiga crónica. Si tienen problemas de memoria y concentración, los padres deben hacer listas o notas de cosas que ellos deben recordar a diario.
Aunque la fatiga crónica puede afectar a cualquiera, se hace más común en las personas entre los 40 y 60 años, así como en mujeres adultas, con mayor frecuencia que los hombres. Igualmente, se ha visto mayor incidencia en personas de etnia blanca.
Acerca de la causa, no se conoce lo que genera el síndrome de fatiga crónica. Algunas personas pueden nacer con una predisposición al trastorno, que luego se desencadena por una combinación de factores, que pueden ser:
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