La palabra que define a San José es el Servicio y es el santo del silencio. Con humilde obediencia y amor, guió a Jesús en sus primeros pasos y cuidó y protegió a María con un profundo amor de esposo.
Durante siglos permaneció en el trasfondo devocional de la Iglesia, tal como había vivido en relativa oscuridad durante su vida. Pero hoy San José brilla más que nunca en lo alto del cielo.
El papa Francisco declaró el Año de San José (del 8 de diciembre de 2020 al 8 de diciembre de 2021) animándonos a tomar su vida virtuosa como modelo para el cumplimiento de nuestra vocación personal a la santidad.
San José nos enseña a confiar. María y José pasaron por muchas vicisitudes. Cuando llegó el momento de que María fuese a dar a luz tuvieron que confiar en Dios con todas sus fuerzas y dejarse llevar completamente por Él. En esos momentos de gran incertidumbre, de poca comida, de abrigo y de un techo, se ampararon en la fe.
Ellos son como nosotros. No por ser padres del mismo Cristo tuvieron todo solucionado. Como ellos, nosotros tenemos que poner nuestra total confianza en la vida y en Dios porque siempre somos guiados desde lo alto. Y eso es lo que Dios más quiere que hagamos, que nos hagamos sus niños pequeños y acudamos a sus brazos, dejándonos llevar por su amor.