La familia puede ser un soporte que te ayude a salir adelante. Pero también hay tipos de familia con roles negativos que más bien te hunden. Es importante conocerlos, identificarlos y, si es necesario, alejarse de ellas, porque contribuyen a que sus integrantes padezcan trastornos como ansiedad, estrés e incluso, depresión.
No basta con ser buen estudiante o tener un buen empleo, se debe tener el mejor. Eso no sería negativo si se aceptara que el fracaso es parte de la vida.
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Lo común en este tipo de familia es la comparación en la que sales perdiendo y se sientan las bases de la depresión. En todo momento se descalifican los unos a los otros y se habla de los demás como si nadie valiese nada.
La violencia es un problema muy común dentro de las familias. Puede tratarse de violencia física, económica o psicológica. Cada uno busca defenderse y reafirmarse como persona a través del dominio.
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Por eso los insultos, los gritos y hasta los golpes son comunes en el día a día de este tipo de familia. El diálogo y la ayuda profesional son importantes.
Si sientes que la situación se sale de control, lo más importante es fomentar el diálogo entre todos los miembros de la familia, reunirse en un momento en que todos estén en casa y hablar de la situación, sincerarse, decirse lo que les molesta del otro y buscar soluciones.
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¿Discutir? Sí, es inevitable, pero sin llegar a las agresiones, a no dejar hablar al otro o querer imponer su opinión. Maneja tus emociones, solo así podrás transmitir el autocontrol al resto de la familia.
Hay que tener claro que solo hay una manera de resolver los conflictos: positivamente. Por esta razón, identificar intereses comunes ayuda a poder encontrar una solución que beneficie a las partes involucradas.
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Presta atención a lo que sienten tus hijos. Ellos reaccionan diferente a un adulto.