Las incubadoras han sido muy importantes para salvar la vida de los bebés, ya que proporcionan unas condiciones específicas (similares a las del útero materno) para pequeños prematuros o de bajo peso.
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Se usan principalmente para proporcionar unos cuidados intensivos a bebés nacidos con bajo peso (menos de 2.500 gramos) o prematuros. Del mismo modo, cuando presentan problemas deficiencias en la placenta o el cordón umbilical, entre otros.
Son como un útero artificial que están preparadas con todo lo necesario para controlar de temperatura, humedad y oxígeno en el bebé. Además, dispone de luz ultravioleta para los bebés con ictericia y de una especie de aspirador para succionar las vías respiratorias del bebé.
Es necesario que se encuentre en este lugar hasta que el bebé tenga la capacidad de sostener la temperatura entre 36 y 37 grados centígrados y tenga un peso apropiado. Por ejemplo, si un bebé nace de 900 gramos, puede demorarse dos meses para alcanzar los 1500 gramos.
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No, que el bebé sea puesto en una incubadora no es señal de altera, simplemente que necesita ayuda para regular el calor o que se necesita observar.
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