
Conseguir la residencia permanente en Estados Unidos no solo significa tener papeles; es alcanzar seguridad, libertad y la posibilidad de construir un futuro estable. Para muchos inmigrantes indocumentados, la Green Card representa el fin del miedo constante a la deportación.
Además, abre el acceso a empleos formales, educación, beneficios sociales y la oportunidad de reunir a la familia. Estos cambios van mucho más allá del estatus legal: marcan el inicio de una vida con dignidad, sueños cumplidos y nuevas metas por conquistar.
Obtener la residencia permanente brinda seguridad jurídica, elimina el miedo a ser deportado y permite vivir en el país con derechos garantizados y tranquilidad.
Los residentes permanentes pueden patrocinar a sus cónyuges e hijos para que también obtengan la residencia, facilitando la estabilidad y la unión del núcleo familiar.
La Green Card otorga el derecho a trabajar de manera legal, acceder a empleos con mejores condiciones, salarios competitivos y posibilidades reales de desarrollo profesional.
Después de algunos años como residente permanente, es posible solicitar la ciudadanía y disfrutar de todos los derechos de un ciudadano estadounidense, como votar o tener pasaporte propio.
Con la residencia, se puede acceder a matrículas reducidas en universidades, becas y ciertos programas de asistencia médica o beneficios sociales.
Bachiller en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Federico Villarreal. Especializada en temas de coyuntura, actualidad, servicios y otros para inmigrantes latinos en Estados Unidos.