Cerca de 500 millones de animales han muerto como consecuencia de los incendios forestales ocurridos en Australia. Aunque estos siniestros son usuales en Australia, esta temporada se han intensificado dramáticamente. Tan sólo en Nueva Gales del Sur se han quemado más de cuatro millones de hectáreas, causando un gran impacto en la fauna silvestre de la zona.
Entre los animales que se han viste gravemente afectados por lo que viene ocurriendo se encuentra el koala, donde un tercio de su hábitat natural ha sido consumido por las llamas. Lamentablemente, esto ha hecho que se incrementen las posibilidades de extinción de esta especie.
"Creo que nuestra estimación original de 350 koalas es probablemente muy, pero que muy conservadora. Hemos sufrido varios incendios con los años, pero nada como esto, es un 'Armageddon' (…) El impacto de estos incendios forestales es horrible y aún tenemos todo el verano por delante”, manifestó en su momento Cheyne Flanagan, directora del Hospital para Koalas de Port Macquarie.
Las ranas y las lagartijas son dos de las especies que tienen muy pocas probabilidades de sobrevivir a estos incendios forestales. Según el ecologista Euan Ritchie, de la Universidad de Deakin, Australia, estos animales son más propensos a morir debido a que el fuego puede consumir gran parte de sus alimentos y refugios.
"El fuego puede matar su comida o refugio, o ambos. Estos animales podrían sobrevivir a los efectos inmediatos de un incendio si pudieran escapar a tiempo, pero si se quema su hábitat, están más expuestos a los depredadores introducidos", sostiene.
Existe en la actualidad un gran temor en Australia debido a que especies como el loro de tierra occidental, la zarigüeya de Leadbeater, el maluro Mallee (un pájaro que no puede volar muy lejos) y la rata canguro de Gilbert, pueden llegar a ver empeorada su situación por la expansión de estos incendios. Ritchie, por ejemplo, rechaza la posición adoptada por algunas personas, que señalan que estos animales pueden haber adquirido con el tiempo un tipo de "resiliencia histórica". Al respecto, señala que esto no puede darse debido a que el habitat de cada especie ha ido cambiando.
"Muchos paisajes australianos han estado acostumbrados al fuego durante decenas de miles de años, pero no con esta frecuencia o gravedad", manifiesta Euan Ritchie.
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